¿Cuál es el verdadero mensaje de la navidad? // Daniel Del Vecchio

¿Cuál es el verdadero mensaje de la navidad? // Daniel Del Vecchio

La Navidad es una de las celebraciones más extendidas en el mundo, pero muchas veces se pierde su significado más profundo. Este evento marca un antes y un después en la historia de la humanidad: el nacimiento de Jesucristo. Daniel Del Vecchio, en su predicación, nos lleva a reflexionar sobre la importancia de este acontecimiento y su relevancia para nuestras vidas hoy.

El mensaje anunciado por el ángel

En Lucas 1:26, el ángel Gabriel fue enviado a Nazaret con un mensaje especial para la virgen María: daría a luz a un hijo llamado Jesús, que significa “salvación”. Este hijo sería llamado Hijo del Altísimo y reinaría eternamente sobre la casa de Jacob. Ante este mensaje, María demostró una fe y obediencia inquebrantables al decir: “Hágase conmigo conforme a tu palabra”.

La importancia de Jesucristo

Jesucristo nació en un lugar humilde, en una aldea desconocida de Palestina. Nunca ocupó un cargo público, escribió un libro ni vivió en una gran ciudad. Sin embargo, su vida ha transformado la historia y los corazones de millones de personas. Su influencia no solo cambió el calendario, sino también las vidas de quienes lo aceptan como Salvador.

La obra de Cristo en la humanidad

Efesios 2 destaca que Jesucristo es el Rey de reyes y Señor de señores. Su venida trajo vida a quienes estaban muertos en sus delitos y pecados. Por su gran amor y misericordia, Dios nos dio vida juntamente con Cristo, y por gracia somos salvos mediante la fe. Este regalo de salvación no proviene de nosotros, sino de Dios.

El nuevo nacimiento

El nacimiento de Jesucristo también apunta a la necesidad de un cambio interior: el nuevo nacimiento. La Biblia explica que esto ocurre al oír y creer en el Evangelio, permitiendo que la palabra de Dios, como una semilla incorruptible, transforme nuestros corazones. Jesucristo mismo dijo que es necesario nacer de nuevo para entrar en el reino de Dios.

María nos da un ejemplo de esta transformación espiritual. Al recibir la palabra de Dios y someterse a su voluntad, Cristo nació en su vientre. De igual manera, cuando recibimos la palabra de Dios, él nace en nosotros, regenerándonos y haciéndonos hijos de Dios.

El precio de seguir a Cristo

Ser cristiano implica un costo. Jesucristo enseñó que quienes deseen seguirlo deben tomar su cruz. San Pablo, a pesar de persecuciones y sufrimientos, afirmó que no se avergonzaba del Evangelio, porque es poder de Dios para salvación. Este compromiso con Cristo puede traer rechazo, pero también una bendición eterna.

La obra redentora de Jesucristo

El nacimiento de Jesucristo cumple más de 300 profecías del Antiguo Testamento, lo que confirma su carácter divino. Su muerte vicaria en la cruz redimió a la humanidad del pecado, y su resurrección ofrece la esperanza de la vida eterna. Ahora, él está sentado a la diestra de Dios, intercediendo por los creyentes. El descenso del Espíritu Santo en Pentecostés completó su obra, permitiendo que su poder habite en nosotros.

El amor de Dios en Cristo

Nada puede separarnos del amor de Dios en Cristo. Ni la muerte, ni los problemas, ni los poderes del presente o del futuro pueden alejarnos de él. Este amor nos da la victoria incluso en las circunstancias más difíciles, recordándonos que somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Una invitación a aceptar a Cristo

La Navidad no solo celebra el nacimiento de un niño en Belén, sino la llegada del Salvador que transforma vidas. Hoy es un buen momento para abrir el corazón a Cristo, recibir su amor y permitir que su vida nazca en nosotros. Este es el verdadero mensaje de la Navidad: Dios con nosotros, ofreciendo salvación y esperanza a toda la humanidad.

¡Que Dios los bendiga y los guarde hasta su venida!

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