Cómo debemos orar // Miguel Díez
La Oración Personal con Dios
Miguel Díez argumenta que la oración es una conversación personal con Dios, similar a la relación entre amigos. Él critica la práctica de oraciones repetitivas y memorizadas, comparándolas con la repetición mecánica de loros. Según Díez, Dios desea una relación personal con cada individuo, como un padre con sus hijos.
Díez destaca la importancia de la Biblia como fuente de la palabra de Dios, que debe ser leída y escuchada con atención para fortalecer la fe. Explica que la oración debe ser adaptada a las circunstancias de la vida, ya que las necesidades y las palabras de Dios varían según la situación. Menciona que Jesús enseñó a sus discípulos a adorar, no solo a predicar el evangelio.
La Oración Eficaz: Una Guerra Espiritual
Díez también aborda la “oración de guerra”, enfatizando la necesidad de luchar contra las fuerzas espirituales del mal, como los principados, potestades y huestes de maldad. Habla sobre la oración eficaz y cómo puede ser utilizada para combatir a los enemigos de Dios, quienes buscan robar, matar y destruir. Estos enemigos utilizan a las personas para llevar a cabo sus planes, manipulándolas y haciéndolas cometer actos que normalmente no realizarían.
El ejemplo de Eliseo, un profeta que oró por el rey de Israel en peligro de ser exterminado, ilustra cómo la oración puede ser una herramienta poderosa. La oración de Eliseo se compara con el lanzamiento de flechas contra los demonios que están en las esferas del este. Díez enfatiza la importancia de la oración en grupo, ya que la unión de dos o más personas en oración tiene un poder especial. La oración unida tiene poder para proteger a personas, familias, ministerios y lugares específicos de los ataques del enemigo.
Atar al Enemigo y Liberar a los Cautivos
Miguel Díez explica que para quitarle al “hombre fuerte” lo que ha robado, primero hay que “atarlo” en oración, sometiéndolo a la autoridad de Dios. Una vez atado, se puede despojarlo de las almas que ha atrapado y de los recursos que ha robado. Díez enfatiza la importancia de la oración en equipo, con fe y confianza en que Dios escucha y responde.
Usa la parábola de la higuera seca para ilustrar la importancia de la fe y la necesidad de producir frutos espirituales. La fe es esencial para vencer al enemigo y liberar a las personas que están atrapadas. Jesús utiliza la parábola de la higuera para enseñar que la fe mueve montañas. La fe viene por el oír la palabra de Dios y por la revelación de su voluntad.
La Oración: Un Acto de Sumisión y Dependencia
La oración es fundamental, pero nos cuesta porque nos quita el protagonismo y nos lleva a la sumisión y dependencia del Padre. Díez explica que preferimos ser como Marta, ocupándonos de las tareas, en lugar de ser como María, que se sentaba a los pies de Jesús. Al buscar la voluntad de Dios y darle el protagonismo, le damos gloria y honra.
Juan 15:7 enfatiza que si permanecemos en la palabra de Dios y en su voluntad, nuestras oraciones serán respondidas. Si pedimos algo que va en contra de la voluntad de Dios, no lo recibiremos. Díez comparte un ejemplo de una pareja que se obstinó en unirse a pesar de su consejo y que finalmente terminó divorciada. El Salmo 14:2 recuerda que Dios busca a alguien que le busque de verdad, y aquellos que le buscan, le encuentran.
La Armadura Espiritual y la Importancia de Orar
Miguel Díez utiliza la armadura del soldado romano como ejemplo para hablar de la armadura espiritual que debemos usar. Efesios 6:18 habla de orar en todo tiempo con toda oración y súplica en el espíritu. Díez menciona que él y su esposa saldrán de viaje por más de un mes y pide a la audiencia que ore por ellos. Recomienda el libro “Orar como respirar” y menciona que es la mejor herencia que puede dejar a su ministerio.
La oración es como respirar, indispensable para la vida espiritual. El aliento de Dios, el pneuma, el soplo del Espíritu Santo, viene por la oración. La oración es lo que dio vida al muñeco de barro que fabricó Dios.
El Libro de Oración: Un Registro de Peticiones y Respuestas
Miguel Díez recomienda crear un libro de oración donde se registren las peticiones y las respuestas de Dios. Sugiere anotar la fecha, la duración de la oración y la petición específica. Al recibir una respuesta a la oración, se debe anotar la fecha a la derecha y tachar la petición. Observar las respuestas de Dios motiva a orar más, ya que la fe crece y se experimenta la eficacia de la oración.
Isaías 56:6-7 menciona que la casa de Dios debe ser una casa de oración para todos los pueblos.
La Hipocresía Religiosa y la Necesidad de Obreros
Jesús, al entrar al templo, encontró un mercado donde se cambiaban monedas y se vendían animales para los sacrificios. Se enfadó porque se estaba utilizando el templo para el lucro y no para la oración. Díez explica que Jesús, al entrar en Jerusalén, encontró a la gente religiosa que cumplía con la religión, pero no reconocía a Jesús como el buen pastor.
Jesús dijo a sus discípulos que la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Díez argumenta que todos los que están escuchando son obreros del Señor y pueden pedir que el Señor envíe más obreros a la mies. Sin embargo, aquellos que no son obreros del Señor no pueden obedecer el mandato de Jesús de rogar al Padre que envíe obreros.
La Perseverancia en la Oración y la Gratitud
La iglesia primitiva se caracterizaba por su perseverancia en la oración, tal como se menciona en Hechos 4:2. Díez enfatiza la importancia de la oración constante, no solo una vez al día, sino con persistencia. La oración de gratitud es fundamental, enumerando las bendiciones que recibimos. La oración también debe incluir peticiones por otros, como la apertura de puertas para la palabra de Dios, la protección de los ministros y la confirmación de los bautizados en el Espíritu Santo.
La Oración: Un Acto de Amor, Respeto y Obediencia
La oración no es un acto religioso, sino un acto de amor, como la comunicación entre un esposo y su esposa o entre amigos. Es un acto de respeto, reverencia y obediencia hacia Dios. Pablo, en su carta a Timoteo (2 Timoteo 2:1), describe la oración como un esfuerzo por obtener la gracia de Dios. La oración es una forma de clamar y pedir la gracia de Dios, reconociendo nuestra propia incapacidad para lograr algo sin su intervención.
La Importancia de la Oración para los Cristianos
La oración es esencial para los cristianos, especialmente después de recibir el Espíritu Santo. La iglesia primitiva oraba constantemente por Pedro, lo que llevó a su liberación de la cárcel. Jesús advierte a sus discípulos sobre la importancia de la vigilancia y la oración para evitar la tentación. Debemos velar por nosotros mismos y por nuestros hermanos, ayudándonos mutuamente a evitar el pecado. La oración en familia y en pareja fortalece la unidad y el amor.
La Oración en Grupo: Un Acto de Amor y Unidad
Díez comienza la sección orando y anima a los espectadores a hacer lo mismo. Pide a la audiencia que se pongan de pie y busquen a un compañero para orar juntos. Orar unos por otros fortalece la amistad y la conexión entre las personas. Guía a la audiencia en una oración pidiendo la bendición de Dios sobre sus hermanos, incluyendo fortaleza física, psíquica y espiritual. Pide que Dios sane a los enfermos y manifieste su gracia y misericordia.
La oración continúa pidiendo la liberación de ataduras, maldiciones genéticas y familiares, y la expulsión de demonios que atormentan. Proclama la libertad del espíritu de Dios sobre los corazones de los presentes y pide que sus mentes sean abiertas a la verdad de Dios. La oración termina con una petición para que la fe de cada persona crezca en el amor de Dios.
En resumen, la oración es una herramienta poderosa y esencial para la vida cristiana, una conversación personal con Dios, una guerra espiritual, un acto de sumisión y dependencia, y una expresión de amor, respeto y obediencia. La perseverancia en la oración y la oración en grupo son fundamentales para fortalecer la fe y enfrentar los desafíos espirituales.
