ÚLTIMA HORA | ¿QUÉ sucede en VENEZUELA? LLAMADO a la ORACIÓN

ÚLTIMA HORA | ¿QUÉ sucede en VENEZUELA? LLAMADO a la ORACIÓN

Somos llamados a ser luz en medio de las tinieblas y a actuar como agentes de cambio en los contextos más desafiantes.

La situación en Venezuela no solo nos interpela como ciudadanos del mundo, sino también como seguidores de Cristo, comprometidos con la verdad, la justicia y el amor.

Ante las dificultades que enfrenta el país, aquí hay algunas reflexiones sobre cómo podemos responder desde nuestra fe:

*1. Orar sin cesar*

La oración es nuestra primera herramienta. En 2 Crónicas 7: 14 se nos dice: “Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.” Oremos por la paz, la justicia y la restauración de Venezuela. Pidamos al Señor que fortalezca a quienes sufren, que dé sabiduría a los líderes y que despierte corazones para buscar soluciones justas.

*2. Solidarios con Venezuela*

En Mateo 25: 40, Jesús nos recuerda que todo lo que hagamos por el más necesitado, lo hacemos por Él. Muchos venezolanos enfrentan hambre, falta de medicinas y desesperanza. Como cristianos, podemos apoyar con recursos materiales, donaciones o iniciativas solidarias que lleguen a quienes más lo necesitan. Si estamos fuera de Venezuela, podemos unirnos a organizaciones confiables que trabajen en el terreno. 3. Proclamar esperanza y consuelo En un contexto de dolor e incertidumbre, las palabras de aliento y la proclamación del Evangelio son un bálsamo. Recordemos lo que dice Isaías 61 :1: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres.” Compartamos el mensaje de que en Cristo hay esperanza, incluso en medio de las pruebas más duras.

*4. Actuar con justicia y valentía*

Como seguidores de Cristo, somos llamados a defender la justicia y a ser voz de los que no la tienen. Proverbios 31: 8-9 nos anima a alzar la voz por los oprimidos. Podemos abogar por los derechos humanos, denunciar las injusticias y buscar espacios de diálogo para promover la paz y la reconciliación.

*5. Fomentar la unidad*

La división debilita a cualquier pueblo. Como cristianos, debemos ser instrumentos de unidad, promoviendo la reconciliación entre hermanos y trabajando juntos por el bien común, sin importar las diferencias políticas, sociales o económicas.

*6. Inspirar con nuestro ejemplo*

En 1 Pedro 2: 12 se nos anima a mantener una conducta ejemplar entre los no creyentes, para que, al ver nuestras buenas obras, glorifiquen a Dios. En tiempos de crisis, nuestras acciones —de compasión, generosidad y servicio— pueden ser una poderosa manifestación del amor de Dios.

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