El significado de ser imitadores de Cristo // Juan José Estévez
Predicación de Juan José Estévez, pastor principal de la iglesia cuerpo de Cristo en Argentina y director de la ONG Remar Argentina.
La Iglesia de Éfeso: Un Ejemplo de Vida Cristiana
La Iglesia de Éfeso, situada en la antigua región de Turquía, fue un centro clave del cristianismo primitivo, donde el apóstol Pablo dedicó gran parte de su ministerio. A través de su carta a los efesios, Pablo ofrece una guía práctica para vivir una vida cristiana auténtica, centrada en ser “imitadores de Dios” y reflejar Su amor en cada acción.
Ser Imitadores de Dios: Un Llamado a la Transformación
Pablo comienza en Efesios 5:1 con un claro mandato: “Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos amados.” Este llamado no solo se trata de imitar las acciones de Dios, sino de permitir que Su naturaleza transforme profundamente nuestra mente y conducta. La verdadera transformación cristiana se refleja en un cambio de pensamiento que se manifiesta en actos de amor sacrificial, siguiendo el ejemplo de Jesús.
El Amor Sacrificial: El Corazón del Cristianismo
El mayor ejemplo de ser imitadores de Dios es andar en amor, tal como Cristo lo hizo al sacrificarse por nosotros. Este amor nos impulsa a vivir de manera que nuestra vida sea como una “ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante,” esparciendo la fragancia divina dondequiera que vayamos.
Pureza y Sabiduría: Fundamentos de la Vida Cristiana
Pablo advierte sobre los peligros de la inmoralidad, la avaricia y la impureza, y enfatiza la importancia de un discurso limpio y lleno de gracia. Nuestras conversaciones deben promover la acción de gracias y glorificar a Dios, creando un ambiente de adoración y gratitud.
Además, Pablo insta a los creyentes a vivir con sabiduría, aprovechando bien el tiempo para cumplir la voluntad de Dios, y a mantenerse puros, evitando las distracciones y tentaciones que pueden llevarnos a la perdición.
Ser Luz en un Mundo de Tinieblas
En medio de un mundo lleno de oscuridad, los creyentes están llamados a ser luz. La luz de Cristo en nuestras vidas revela nuestra verdadera identidad y permite que Dios trate con las áreas oscuras de nuestro corazón. Al vivir de manera íntegra, nos alejamos de la influencia de aquellos que desobedecen a Dios, sin dejar de amarlos y de promover el evangelio.
Alabanza Constante y Llenura del Espíritu Santo
Pablo también nos exhorta a mantener una vida de alabanza constante, llenos del Espíritu Santo. Nuestra alabanza debe surgir del corazón, como una expresión diaria de gratitud y devoción a Dios.
Conclusión: La Promesa de una Vida Transformada
Dios nos ha elegido por Su gran amor, y como hijos amados, estamos llamados a ser Sus imitadores. Al permitir que Dios transforme nuestro corazón, nuestra vida se convierte en un reflejo de Su amor y gloria, viviendo cada día con pureza, sabiduría y una alabanza constante en nuestros corazones.
