La mujer adúltera: Vete y no peques más
La historia de la mujer adúltera
La historia de la mujer adúltera se encuentra en el libro de Juan. Los fariseos y escribas llevaron a la mujer a Jesús, queriendo ponerlo a prueba sobre la ley de Moisés.
Jesús, al escuchar esto, se inclinó y escribió en el suelo. Los acusadores, confrontados por su conciencia, se retiraron uno a uno, dejando a Jesús solo con la mujer. Jesús le dijo: «Ni yo te condeno, vete y no peques más».
Análisis de la situación
Los fariseos buscaban desacreditar a Jesús y mostraban falta de compasión hacia la mujer. Es notable que solo la mujer fue llevada y no el hombre, lo que resalta la injusticia de los acusadores. Esta historia muestra el amor y la misericordia de Jesús hacia los marginados.
La ley y el juicio
Según Deuteronomio 22:22, el adulterio merecía la muerte, pero solo llevaron a la mujer. Los religiosos fingían respeto hacia Jesús, buscando su condena para desacreditarlo.
La respuesta de Jesús
Jesús dijo: «El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra». Sus palabras confrontaron a los acusadores y los hicieron retirarse humillados, demostrando la verdadera autoridad de Jesús basada en misericordia.
El perdón y la misericordia
Jesús perdonó a la mujer y le dijo: «Vete y no peques más». El pecado sigue siendo grave, pero el encuentro con Jesús transforma la vida y ofrece sanidad y liberación, como se señala en Juan 3:17.
La enseñanza de la historia
La mujer recibió perdón y nueva vida, mientras que los fariseos ignoraban la misericordia de Dios (Éxodo 34:6). Jesús mostró que el amor de Dios puede salvar y restaurar a quienes se acercan a Él.
La gracia y la restauración
Con Jesús, los pecadores tienen la oportunidad de arrepentirse y empezar de nuevo. Su llamado a «no pecar más» es una decisión personal que conduce a la transformación y vida eterna.
