La Palabra Para Hoy – Colosenses 3:13
Devocional: Perdonando y Dando Gracias
Versículo clave:
“Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” (Colosenses 3:13).
En los últimos años, los retos se han puesto de moda. Desde los más simples hasta los más extravagantes, algunos de ellos pueden parecer una pérdida de tiempo. Sin embargo, hay retos que desafían nuestro carácter y nos invitan a crecer espiritualmente. Uno de estos retos es el de pasar veinticuatro horas sin quejarnos. Si eso parece complicado, ¿qué tal intentarlo por veintiún días? Y no solo evitar quejas, sino reemplazarlas con alabanzas.
La queja, el refunfuñar, el murmurar o reclamar son reflejo de un corazón que no perdona y que está frustrado porque las cosas no salen como uno espera. La Biblia nos advierte sobre los graves resultados de vivir en queja. Santiago nos exhorta: “Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados. El juez está delante de la puerta” (Santiago 5:9). Este llamado a evitar la queja también nos recuerda la importancia del perdón y la gratitud.
En el Antiguo Testamento, vemos cómo la queja puede traer consecuencias serias. María, al murmurar contra Moisés junto a Aarón, enfrentó el juicio de Dios y fue castigada con lepra (Números 12:1-10). Esto nos muestra que la murmuración no solo contamina nuestra alma, sino que también afecta a quienes nos rodean. Las quejas necesitan un “oído cómplice” para propagarse, pero Dios nos llama a una vida diferente: una vida de cruz, de entrega y de gratitud.
Si tienes un corazón crítico o legalista, quizá Dios esté usando tus circunstancias para enseñarte el camino del perdón y la humildad. En lugar de enfocarte en las fallas de los demás, disponte a ver las situaciones desde una perspectiva celestial. Da gracias por las personas que te han ofendido y pídeles a Dios que transforme tu corazón. Cuando perdonamos de todo corazón y reemplazamos la queja con agradecimiento, experimentamos una paz que solo Dios puede dar.
Reto para hoy:
Intenta pasar el día sin quejarte. Cuando sientas la tentación de hacerlo, detente y da gracias a Dios por algo bueno en tu vida. Ora por aquellos que te han lastimado y pídeles a Dios que te ayude a perdonar como Cristo te perdonó.
Oración:
Señor, gracias por tu ejemplo de perdón y por tu infinita paciencia conmigo. Ayúdame a dejar de lado la queja y a vivir una vida de gratitud. Dame un corazón dispuesto a perdonar y a amar a los demás como tú me amas. Amén.
Reflexión final:
El perdón no solo libera a quienes nos rodean, sino que también nos libera a nosotros mismos. Vive hoy con gratitud, dejando que el amor y la paz de Dios llenen tu corazón.
