Apolos: Por qué no crezco espiritualmente | Personajes Bíblicos
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Apolos: Por qué no crezco espiritualmente | Personajes Bíblicos

Apolos Apolos era un judío de Alejandría, educado en las escrituras, filosofía y retórica, lo que lo convirtió en un orador elocuente. Apolos colaboró con Pablo en el ministerio y fue fundamental en la extensión de la obra de Dios. Apolos tenía habilidades oratorias y entendimiento de las escrituras, lo que le permitió refutar a los judíos y predicar sobre Jesús en público. Apolos jugó un papel clave en la iglesia primitiva, comunicando la verdad de manera apasionada y efectiva, inspirando a otros a seguir su ejemplo. A pesar de su reputación, Apolos estuvo dispuesto a trabajar con Pablo y seguir sus órdenes sin resentimientos ni celos, mostrando humildad y colaboración. Pablo Pablo exhorta a la iglesia de Corinto, que tenía todos los dones del espíritu pero carecía de amor. Pablo enfatiza que los dones espirituales no tienen valor sin amor. Pablo usa la imagen de la agricultura para explicar la relación entre su enseñanza y la de Apolos. Pablo exhortaba a los hermanos de Corinto, incluso al propio Apolos, a crecer en Cristo y no poner su mirada en las cosas equivocadas. El propósito del mensaje de Pablo a la iglesia de Corinto era que crecieran en Cristo y ya no fueran como niños sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina. Crecimiento espiritual El crecimiento espiritual se logra nutriéndose de la palabra de Dios, orando y teniendo una relación personal con Dios. Si no se experimenta un crecimiento espiritual, es necesario cuestionarse si realmente se ha aceptado a Jesús como Salvador. El crecimiento espiritual es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo, y es necesario para convertirse en cristianos maduros y semejantes a Cristo. El verdadero crecimiento espiritual y la madurez resultan en que el cristiano se vuelva más como Jesús en carácter y no como el mundo
Raquel y Lea: Perdonando al que me hizo daño | Personajes Bíblicos
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Raquel y Lea: Perdonando al que me hizo daño | Personajes Bíblicos

El resentimiento y la amargura El resentimiento es un sentimiento profundo de disgusto o enojo hacia alguien por una ofensa pasada. El resentimiento es el enemigo de las buenas relaciones y destruye la amistad. El resentimiento es un pecado que puede destruir a las personas. La amargura es hermana del resentimiento y ambas son desagradables para Dios. La amargura ahoga la paz, el gozo y el amor en nosotros. La amargura produce ira, irritabilidad, hostilidad, pesimismo, aislamiento, crítica destructiva, tristeza y depresión. La amargura afecta la comunión con Dios y puede causar pérdida de sueño, cansancio permanente, pérdida del disfrute de la comida y depresión. El resentimiento y la amargura son venenosos y destructivos para la salud física y mental. El resentimiento y la amargura afectan negativamente a la personalidad y a la comunión con Dios.