Apolos: Por qué no crezco espiritualmente | Personajes Bíblicos
Apolos
- Apolos era un judío de Alejandría, educado en las escrituras, filosofía y retórica, lo que lo convirtió en un orador elocuente.
- Apolos colaboró con Pablo en el ministerio y fue fundamental en la extensión de la obra de Dios.
- Apolos tenía habilidades oratorias y entendimiento de las escrituras, lo que le permitió refutar a los judíos y predicar sobre Jesús en público.
- Apolos jugó un papel clave en la iglesia primitiva, comunicando la verdad de manera apasionada y efectiva, inspirando a otros a seguir su ejemplo.
- A pesar de su reputación, Apolos estuvo dispuesto a trabajar con Pablo y seguir sus órdenes sin resentimientos ni celos, mostrando humildad y colaboración.
Pablo
- Pablo exhorta a la iglesia de Corinto, que tenía todos los dones del espíritu pero carecía de amor.
- Pablo enfatiza que los dones espirituales no tienen valor sin amor.
- Pablo usa la imagen de la agricultura para explicar la relación entre su enseñanza y la de Apolos.
- Pablo exhortaba a los hermanos de Corinto, incluso al propio Apolos, a crecer en Cristo y no poner su mirada en las cosas equivocadas.
- El propósito del mensaje de Pablo a la iglesia de Corinto era que crecieran en Cristo y ya no fueran como niños sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina.
Crecimiento espiritual
- El crecimiento espiritual se logra nutriéndose de la palabra de Dios, orando y teniendo una relación personal con Dios.
- Si no se experimenta un crecimiento espiritual, es necesario cuestionarse si realmente se ha aceptado a Jesús como Salvador.
- El crecimiento espiritual es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo, y es necesario para convertirse en cristianos maduros y semejantes a Cristo.
- El verdadero crecimiento espiritual y la madurez resultan en que el cristiano se vuelva más como Jesús en carácter y no como el mundo.
La gran comisión
- Jesús dio la gran comisión de ir y hacer discípulos de todas las naciones, bautizándolos y enseñándoles a guardar todo lo que Él mandó.
- Si no hay crecimiento espiritual ni fruto en nuestra vida, algo está mal y debemos buscar la raíz del problema y presentarla a Dios.
- Cuando crecemos y damos fruto, otras personas vendrán a nosotros y disfrutarán de ese fruto, y harán lo mismo con otras personas.
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