¿Cómo Nos Habla El Espíritu Santo? – Charles Spurgeon
El Espíritu Santo está hablando, y lo hace con urgencia, llamando a los corazones para que escuchen la voz de Dios y respondan con arrepentimiento y fe. Este mensaje resuena a través de las Escrituras, la predicación, la oración, la conciencia y las circunstancias de la vida. Hoy es el momento de prestar atención.
El Llamado del Espíritu Santo
Desde el principio, el Espíritu Santo ruega a los inconversos que escuchen la voz de Dios y se arrepientan. Este llamado es claro: la oportunidad de avivamiento es única y debe ser aprovechada. Dios habla con poder y los creyentes tienen el deber de proclamar Su verdad a quienes están indecisos. No podemos postergar el “Amén” a lo que Dios dice, debemos orar sin cesar, para que las personas oigan a Dios mientras habla hoy.
El Espíritu Santo utiliza la Biblia, la Palabra viva de Dios, para hablar al corazón de cada individuo. La Biblia tiene el poder de salvar y transformar vidas, convencer de pecado, impartir justicia y llevar al juicio, pero también consuela, da esperanza y guía. Es a través de la Palabra que el Espíritu nos conduce a toda verdad, revelándonos el camino de la vida eterna.
El Espíritu Santo Habla Hoy
El Espíritu Santo no solo habla a través de las Escrituras, sino también mediante la conciencia y las circunstancias de la vida. Cada mandamiento en la Biblia demanda obediencia inmediata; cada llamado del Espíritu es en tiempo presente, exhortando al arrepentimiento y la fe. El Espíritu habla a los corazones de los que han sido despertados, asegurando que la salvación está disponible para aquellos que la buscan con sinceridad.
Dios no desea la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva. La Biblia es clara: hoy es el día para escuchar Su voz. Postergar la decisión de seguir a Cristo es arriesgar la eternidad. El Espíritu Santo nos impulsa a escuchar y obedecer mientras la puerta de la misericordia está abierta.
El Peligro de Endurecer el Corazón
Uno de los mayores peligros que enfrenta el ser humano es endurecer su corazón frente al llamado de Dios. Esto ocurre cuando, después de sentir la convicción del Espíritu Santo, la persona rechaza voluntariamente el llamado, cayendo en indiferencia. La incredulidad es el mayor de los pecados, ya que desprecia la salvación ofrecida por Dios. El rechazo de Cristo trae consigo la condenación eterna, una realidad que no debe tomarse a la ligera.
El Espíritu Santo nos llama hoy a no endurecer nuestros corazones, a no desestimar Su mensaje ni a postergar la decisión más importante de nuestras vidas. La salvación no puede ser tratada con ligereza; creer en Jesús es la única manera de evitar un corazón endurecido y, en última instancia, la separación eterna de Dios.
El Amor de Dios en la Cruz
El mayor acto de amor ya ha sido demostrado en la cruz de Cristo. Dios ha hecho todo lo necesario para que la humanidad sea reconciliada con Él. No se necesita más prueba de Su misericordia que el sacrificio de Su Hijo. Pedir señales adicionales, esperar más evidencias, solo endurece el corazón y rechaza lo que Dios ya ha dado.
Hoy es el día para aceptar la invitación de Dios. Su amor es suficiente; Su gracia, infinita. La salvación está al alcance de todos los que creen. No dejemos que la indiferencia o la incredulidad nos aparten de esta verdad. Dios está hablando, pero ¿estamos escuchando?
Conclusión: Responde Hoy
El mensaje es claro: Dios llama a todos a arrepentirse y creer en Cristo. Este puede ser el último llamado para muchos, y no hay lugar para la demora. Rechazar el mensaje de salvación es asumir una posición de rebeldía ante Dios. Él nos invita con amor y paciencia, pero Su juicio es seguro para quienes no obedecen.
El Espíritu Santo sigue diciendo: “Hoy, si oyes Su voz, no endurezcas tu corazón”. Responde con fe, arrepiéntete de tus pecados y cree en el Señor Jesucristo. Hoy es el día de salvación.