POLÍTICOS
“La nobleza del señor, hace bueno al servidor.”
“No hay gobierno que perdure, ni mal que cien años dure.”
“La autoridad es la facultad o derecho de mandar o gobernar a personas que están subordinadas.” Diccionario.
Romanos 13:1-4
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.
¿Dios establece las autoridades?
Es duro y difícil de creer que algunas autoridades sean establecidas por Dios, pues tienen tal perversidad que nos hacen pensar mas bien, si no han sido puestas por el diablo, pero a fin de cuentas Dios permite y consiente, disciplina a los pueblos con autoridades que les martirizan porque lo merecen por su maldad y para humillar a los soberbios. Pero El Todopoderoso tiene en su mano quitar o poner rey según su buena y santa voluntad.
Decía Groucho Marx que La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados y Napoleón que La mejor política es hacer creer a los hombres que son libres.
Hoy las élites que gobiernan el mundo ya no tratan de aparentar bondad, cada vez más descaradamente exponen sus planes de desestabilización, división y ruina; Deprecian países para después comprarlos por poco, provocan guerras para vender armas destructivas y luego cobran por la reconstrucción, enferman a millones de seres humanos para después vender los remedios, engañan sin escrúpulos con planes desarrollados en el tiempo.
La filosofía de la ventana Overton ha germinado por décadas con éxito, dirige a las multitudes hipnotizadas hacia la muerte. Una de las grandes metas de estas élites es disminuir la población a toda costa, con abortos, destrucción de la familia, aumento y fomento de la homosexualidad, eutanasia, pestes, y un largo etc. de las mentes que creen ser los dioses del momento, piensan que las máquinas pueden substituir a los hombres, más baratas y menos conflictivas.
Antes, se cambiaban las ideas en procesos largos de tiempo, hoy los medios de comunicación corruptos consiguen borrar creencias antiguas e implantar nuevas en pocos años.
Pero hay luz y discernimiento para los avisados, para los que buscan la verdad, los que no se conforman con las tinieblas de la mentira, Dios todavía tiene a su Santo Espíritu moviéndose sobre las aguas de la tierra, las multitudes humanas a las que despierta para que vean las trampas que la Maldad con la corrupción y el engaño prepara para esclavizarles.
“Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo.” Abraham Lincoln, presidente de los EEUU (1861- 1865)
Estas élites endiosadas olvidan que hay un Dios que se ríe de ellos, que ve su final, que prepara su juicio, porque ninguno escapará de Él. Es probable que la justicia humana pueda pervertirse, pero por encima de ella está la verdadera, de la que mana el anhelo del corazón del hombre por verla realizarse, La Justicia, que vino, es de Dios y que sin duda vendrá.
Isaías 1:22-26 – Versión Reina Valera 1960
Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua.
Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.
Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios;
y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu impureza.
Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.
Mari Carmen Jiménez.
