23J – HERODES EL GRANDE

Herodes el Grande, fue el que fundó la dinastía de reyes títeres de Roma, en Israel. Cruel e inestable, construyó el templo, cuyas ruinas permanecen hasta hoy y en cuya explanada está la cúpula de la Roca y debajo el Kotel, conocido como “El muro de los lamentos”. Poco antes de su muerte, mandó a matar los niños varones alrededor de Belén (Mateo 2:1-19; Lucas 1:5).

De acuerdo a la sintomatología, los médicos contemporáneos suponen que Herodes sufría de una insuficiencia renal crónica en etapa terminal, agravada por una gangrena genital, conocida como gangrena de Fournier, un mal extremadamente raro, actualmente.

Como la enfermedad de Herodes, una especie de fuego interno que lo iba consumiendo lentamente, además de la ulceración de los intestinos y un cólico de riñón constante, le producían terribles dolores; sumado a todo esto, una gangrena en las partes genitales le engendraba gusanos haciendo que se desprendiera de él, un olor fétido. Al final todos sus miembros tenían convulsiones violentas.

Viendo que era cercano su final, maquinó cómo hacer para que el pueblo llorara su muerte, pues él sabía que la deseaban por sus crímenes y decide que todos tengan motivo para llorarle, por lo que convoca a todos los judíos notables del país y los encierra en el hipódromo de Jericó, bajo la orden de que, a su muerte, fueran asesinados todos a flechazos: Así, el país tendría razón para llorar.

Luego hizo llamar a su hermana Salomé y su esposo, Alexas, y les comprometió a cumplir su plan.

La última víctima notable de su reinado fue su propio hijo Antípater, que se hallaba preso acusado de conspiración. Afortunadamente los judíos encerrados en el hipódromo de Jericó y destinados a ser sacrificados en honor al rey, son liberados.

Salomé y Alexas, antes que se diera a conocer la muerte del rey, les dejaron en libertad, enviándolos a sus hogares, diciéndoles que el rey había ordenado su vuelta a sus regiones y que cuidaran sus asuntos domésticos.

Los funerales de Herodes se realizan en medio de un boato que los judíos no habían visto desde tiempo atrás, y tal como fue la voluntad de Herodes, su cadáver es depositado en el mausoleo construido en el palacio-fortaleza de Herodio (Herodium), al sur de Jerusalén.

Ese lugar sería tomado por los rebeldes judíos el año 66 y se supone que ellos fueron quienes lo profanaron y destruyeron la tumba. Los romanos rematarían la destrucción, al tomar la ciudad en el año 71.

La Historia nos narra la muerte de muchos perversos y no hay paz para los que cometen maldades y no se arrepienten, sólo el testimonio de Ella, debería hacer reflexionar a los que cometen maldades contra Dios y contra el ser humano.

Muchos son los textos bíblicos que lo advierten, meditemos en ellos y despertemos la conciencia, pues el bien siempre vencerá al mal y Dios con su luz, ahuyentará al mundo de las tinieblas.

Proverbios 5:22 – Prenderán al impío sus propias iniquidades, Y retenido será con las cuerdas de su pecado. El morirá por falta de corrección, Y errará por lo inmenso de su locura.


Proverbios 16:4 – Todas las cosas ha hecho Jahveh para sí mismo,
Y aun al impío para el día malo.
Abominación es a Jahveh todo altivo de corazón;
Ciertamente no quedará impune.


Isaías 58:20 – Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos.


Isaías 13:11 Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad;
y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.
Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre.

Mari Carmen Jiménez.

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