Jesucristo: Negociando con nuestros talentos | Personajes Bíblicos
Parábola de los talentos
- Jesús usa la parábola de los talentos para explicar la responsabilidad de los cristianos de usar sus dones para la gloria de Dios.
- El amo da a cada siervo una cantidad de dinero (talentos) según su capacidad para administrarlo.
- Los dos primeros siervos usan los talentos para comerciar y obtener ganancias, y regresan con el doble de talentos.
- El tercer siervo tiene miedo y esconde el talento que se le había confiado, y devuelve solo un talento a su amo.
- El amo reprende al tercer siervo por no haber invertido el dinero y recibir intereses.
- La parábola enseña que Dios nos da dones y talentos para que los usemos para su gloria, y que seremos responsables de cómo los usemos.
Comparación con el socialismo
- El socialismo promueve la idea de que las personas pueden recibir lo que otros han trabajado sin esfuerzo, lo cual es contrario a la enseñanza bíblica de la parábola de los talentos.
Referencias bíblicas
- La parábola de los talentos se encuentra en Mateo 25:14 y Lucas 19:11-27.
Interpretación de la parábola
- Jesús cuenta la parábola para ilustrar cómo será el reino de los cielos en los últimos días.
- El amo representa a Cristo, mientras que los tres siervos representan a quienes le sirven.
- El regreso del amo se refiere a los últimos días cuando Jesús va a regresar y en el juicio final los pecadores perecerán y aquellos que sirven a Dios serán recompensados según sus acciones.
- En la versión de Lucas, la gente intenta evitar que el noble se convirtiera en rey y son asesinados por su rebelión.
- Jesús vino a un mundo que era dominio del pecado y lo reclamó para sí mismo a pesar de la oposición de los demonios y de las personas pecadoras.
- En los últimos días, Jesús va a trastornar a sus oponentes, los va a castigar y será nombrado rey del mundo.
Aplicación práctica
- La parábola de los talentos enseña que Dios nos da dones, habilidades y oportunidades para usarlas para su gloria.
- Debemos usar nuestros dones y talentos para servir a Dios y a los demás, no para nuestro propio beneficio.
- Dios es generoso y nos da oportunidades para cambiar y mejorar, pero también nos pedirá cuentas por cómo usamos nuestros dones.
- No somos dueños de nuestros dones, sino que somos administradores de lo que Dios nos ha dado.
- Debemos servir a Dios con nuestros dones y habilidades, y encontrar nuestro verdadero gozo y lugar en la vida cuando lo hacemos.
(Visited 71 times, 1 visits today)