Jesucristo: Derrotado por las tormentas de la vida
La historia de Jesús calmando la tormenta
- La historia se encuentra en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas.
- Jesús estaba enseñando cerca del mar de Galilea y decidió tomar un bote con los apóstoles a la orilla opuesta para descansar de las multitudes.
- Se levantó una tormenta y Jesús estaba dormido.
- Los apóstoles, que eran pescadores experimentados, estaban asustados y temían morir.
- Jesús se despertó y calmó la tempestad con una palabra.
- La falta de fe de los discípulos fue reprendida.
Jesús, nuestro salvador
- Jesús puede rescatarnos de las tempestades de la vida, como la enfermedad, la pérdida de trabajo, los problemas matrimoniales e incluso la muerte.
- Jesús nunca prometió que no tendríamos tempestades en la vida, pero ha prometido estar con nosotros en ellas.
- La fe en Cristo nunca está fuera de lugar, porque él puede calmar las tempestades de la vida con una sola palabra.
- Jesús no vino solo a calmar tempestades, vino a salvar almas.
Cómo enfrentar las tormentas de la vida
- Humillarnos bajo la poderosa mano de Dios y echar nuestras preocupaciones sobre él son dos cosas vinculadas.
- Pablo no niega el sufrimiento, pero su fe en Jesús es inquebrantable.
- Jesús calma la tempestad, no importa la tormenta por la que estés pasando.
- Jesús jamás va a permitir que te hundas.
- El miedo es una reacción natural ante las tormentas de la vida, pero Jesús está con nosotros en medio de ellas.
- Jesús no nos lleva al mar para ahogarnos, sino para mostrarnos su poder y transformarnos a su imagen.
- La tormenta puede ser un lugar de encuentro con Dios y de manifestación de su poder en nuestras vidas.
- Lo mejor que puede pasar en medio de la tormenta no es que esta se calme, sino que seamos transformados a la imagen de Jesús.
- Dios puede usar la tormenta para hacernos intrépidos, seguros, firmes y llenos de amor.
- Aunque la tormenta no se calme, podemos confiar en que Jesús nos sostendrá, nos transformará y nos ama.
- No debemos desmayar, porque aunque nuestro hombre exterior se desgaste, el interior se renueva de día en día.
- En medio de la tormenta, podemos encontrar a Dios y experimentar su poder transformador.
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