Daniel: La fe en los momentos de aflicción | Personajes Bíblicos

Daniel: La fe en los momentos de aflicción | Personajes Bíblicos

Daniel: Un hombre de fe y visión

  • Daniel nació en una familia noble judía durante la reforma de Josías, y su linaje provenía de la tribu de Judá y probablemente de David.
  • Daniel vivió hasta los 90 años y pasó 70 de ellos en cautiverio.
  • Jesús se refirió a Daniel como profeta y sus profecías son relevantes para entender pasajes del Nuevo Testamento como el sermón del monte y el libro de Apocalipsis.
  • Daniel fue un hombre fascinante de integridad, oración, sabiduría y visión, y fue promovido a una posición de autoridad en Babilonia, la tierra de su cautiverio.
  • La vida de Daniel en medio de la adversidad nos enseña lecciones valiosas sobre cómo manejar situaciones difíciles y superar la sensación de pérdida o carencia.

Daniel y sus amigos en Babilonia

  • Daniel y sus tres amigos fueron seleccionados entre los jóvenes de honor y llevados a Babilonia por Nabucodonosor, donde fueron instruidos en la sabiduría de los caldeos y se les cambiaron los nombres.
  • A pesar de los cambios, Daniel y sus amigos mantuvieron su dedicación a Dios y su separación del mundo.
  • Daniel fue fiel a Dios incluso cuando se le ofreció comida y bebida de los ídolos, y mantuvo su hábito de orar tres veces al día con sus ventanas abiertas hacia Jerusalén.
  • Daniel y sus compañeros decidieron vivir para Dios y no se dejaron llevar por la tristeza, la depresión, la ira o la decepción.
  • Daniel y sus compañeros rehusaron a inclinarse ante una estatua y no quisieron ser idólatras.
  • Daniel y sus amigos exhibieron pureza de carácter y determinaron seguir a Dios en toda justicia.

La oración de Daniel

  • Daniel era un hombre de profunda comunión espiritual con Dios y siempre recurría a la oración.
  • Cuando el rey Nabucodonosor tuvo un sueño que lo consternó y pidió a sus sabios que se lo interpretaran, Daniel y sus amigos pidieron misericordia a Dios y Él les reveló la interpretación.
  • Cuando el rey Darío decretó que nadie podía orar a su Dios sino solo al rey, Daniel continuó orando tres veces al día como solía hacerlo.
  • Daniel leyó en el rollo de Jeremías que la cautividad tendría un límite de tiempo de 70 años y respondió en oración con ayuno, cilicio y ceniza.
  • La oración de Daniel comienza reconociendo la grandeza de Dios y su misericordia.
  • Daniel confiesa el pecado y el arrepentimiento en nombre de la nación, reconociendo su rebelión, iniquidad y maldad.
  • Lamenta que el pueblo de Dios se haya apartado de sus mandamientos y juicios, y que no hayan escuchado a los profetas.
  • Daniel ora con profunda humildad, usando la frase “vergüenza de rostro” para describir al pueblo de Israel.
  • Daniel reconoce la justicia de Dios incluso por haber sido castigados con el exilio, y cita la profecía de Moisés.
  • Daniel presenta su petición a Dios para que restaure a Jerusalén, al Santo Templo y a su pueblo.
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