El peligro de mirar atrás // Daniel del Vecchio
El Precio de Seguir a Jesucristo: Reflexión y Llamado a la Fe
El compromiso de seguir a Jesucristo no es algo que deba tomarse a la ligera. Este tema, lleno de desafíos y bendiciones, lo encontramos en el Evangelio de Lucas, capítulo 9, donde se narra la historia de tres personas que querían seguir a Jesús pero tenían condiciones: “déjame primero” hacer algo, dijeron. Esta actitud refleja el problema de priorizar nuestras propias necesidades por encima de nuestro compromiso con Cristo, y nos recuerda que seguir a Jesús implica un compromiso sin reservas ni condiciones.
Daniel del Vecchio nos invita a profundizar en esta enseñanza, explicando que, para caminar verdaderamente con Cristo, debemos dejar atrás todo lo que pueda impedirnos seguirlo. Aquellos que buscan conservar una “puerta trasera” o mantienen reservas, probablemente abandonarán el camino cuando se presenten dificultades.
El Peligro de Mirar Atrás
En el camino del discipulado, mirar atrás puede ser un obstáculo peligroso. El ejemplo de Moisés, quien consideró las dificultades de seguir a Cristo como mayores riquezas que el trono de Egipto, nos muestra que el camino cristiano implica renuncias y sacrificios. Mirar atrás con nostalgia por lo que dejamos, como hizo la esposa de Lot, puede resultar en la destrucción espiritual. Su amor hacia Sodoma superó su deseo de obedecer a Dios, y esto le costó la vida.
La lección aquí es clara: debemos centrarnos en el llamado de Dios y no en lo que dejamos atrás. Nuestra vida y nuestro espíritu tienen un valor incalculable, mayor que cualquier posesión o placer mundano.
No Amar al Mundo
El apóstol Pablo y otros escritores bíblicos enfatizan que no debemos amar al mundo ni sus placeres. Este amor nos aleja del propósito divino y nos coloca en una posición de enemistad con Dios. Tal como los israelitas extrañaban la comida en Egipto, muchos hoy añoran los placeres del mundo, perdiendo de vista la riqueza espiritual que tenemos en Cristo.
San Pablo explica que debemos considerar todo lo que una vez fue “ganancia” como pérdida para ganar a Cristo. Quienes toman la firme decisión de seguir a Jesús deben hacerlo sin reservas, dispuestos a quemar los barcos, como aquellos conquistadores antiguos que, al desembarcar en tierras extranjeras, quemaban sus naves para no retroceder.
El Remordimiento y la Culpa
Mirar atrás con remordimiento puede traer consigo sentimientos de culpa y condenación que nos debilitan espiritualmente. Del Vecchio enfatiza la importancia de renovar nuestra mente con la verdad de Dios y recordar que, en Cristo, somos perdonados, lavados y santificados. La culpa no proviene de Dios, quien nos ha prometido que no hay condenación para los que están en Cristo Jesús. La renovación de nuestra mente es un proceso constante de transformación, que nos permite vivir en victoria.
La Justicia de Dios en Cristo
La justicia divina, otorgada a través de Cristo, es nuestra protección contra la culpa y la condenación. La Biblia nos anima a ceñirnos con la verdad y vestirnos con la coraza de justicia. Confesar nuestros pecados y buscar la justicia en Cristo nos permite vivir libres de acusación y con un sentido de propósito renovado.
Jesús, quien tomó sobre sí nuestras culpas, nos libera del pasado. Esta redención es la base sobre la cual podemos construir una nueva vida, firmes en la gracia y la misericordia de Dios.
Arrepentimiento y Esperanza
Del Vecchio subraya que, mientras el remordimiento nos hunde, el arrepentimiento nos eleva, abriendo la puerta a la vida abundante y llena de esperanza en Cristo. Pablo, quien cometió errores en su vida pasada, nos enseña a dejar atrás nuestros fracasos y mirar hacia adelante, con fe y valentía. Al arrepentirnos, Dios nos concede la oportunidad de comenzar de nuevo, reconciliados por el sacrificio de Cristo.
Sembrando al Espíritu
Al no mirar atrás, se nos abre un nuevo camino en el que podemos sembrar en el Espíritu. Cada día es una oportunidad para arar y sembrar, para enterrar los recuerdos, traumas y fracasos del pasado, y comenzar a plantar buenas semillas. Esta promesa de cosecha nos da esperanza y gozo, sabiendo que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros.
Buscar Primero el Reino de Dios
Buscar el Reino de Dios en primer lugar significa darle a Él el lugar prioritario en nuestras vidas, sabiendo que todo lo demás nos será añadido. Este acto de entrega no solo transforma nuestra mente y nuestro corazón, sino que también nos permite vivir en la paz y la alegría que solo Dios puede brindar.
Oración de Entrega a Jesucristo
Como cierre de esta reflexión, Daniel del Vecchio sugiere una oración para quienes desean entregarse a Jesucristo. En esta oración, pedimos perdón, pedimos ser hechos una nueva criatura y solicitamos una nueva esperanza en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador. Es una oración de humildad y gratitud, en la que recibimos la gracia y el amor de Dios en nuestras vidas.
Conclusión
Seguir a Jesucristo es un camino que exige entrega total, fe inquebrantable y la disposición de dejar atrás todo lo que nos aparta de Él. Como dijo Jesús, el que mira atrás no es apto para el Reino de Dios. La decisión de seguir a Cristo trae consigo un llamado a la renovación diaria y al sacrificio, pero también nos da una paz que sobrepasa todo entendimiento. Bendiciones en este camino de fe y compromiso.