El rico insensato: La codicia y la avaricia son pecado | Personajes Bíblicos

El rico insensato: La codicia y la avaricia son pecado | Personajes Bíblicos

La codicia y la avaricia

  • La codicia es la práctica de medir la vida por las posesiones que tenemos y es un pecado grave y sutil.
  • La codicia es idolatría y nunca se llena, por lo que debemos evitarla.
  • Las cosas materiales no nos llenan totalmente y no satisfacen lo más profundo de nuestro corazón.
  • Jesús nos enseña a concentrarnos en tener una relación íntima con Dios y hacer su obra, en lugar de buscar una buena vida material.
  • La sociedad nos bombardea constantemente con publicidad que nos tienta a comprar más cosas, pero debemos ser prudentes y buenos administradores del dinero que Dios nos da.
  • El dinero puede asfixiar la palabra de Dios y crear trampas y tentaciones, por lo que debemos tener cuidado.
  • Las personas que están satisfechas solo con las cosas que el dinero puede comprar están en peligro de perder las cosas que el dinero no puede comprar.
  • Si acumulamos posesiones y dinero solo para enriquecernos sin preocuparnos de ayudar a otros, entraremos a la eternidad con las manos vacías.
  • La filosofía del mundo actual es el individualismo y el egoísmo, pero Jesús no aprueba esta filosofía.
  • Jesús no fomenta el desperdicio, pero tampoco el egoísmo motivado por la avaricia o la codicia.

La preocupación

  • Jesús nos enseña a no preocuparnos por la comida y la ropa, porque Dios cuida de nosotros.
  • La preocupación nos da una perspectiva equivocada de la vida, porque nos hace creer que la vida solo es lo que comemos y lo que nos ponemos.
  • La preocupación es un pecado que nos ciega y nos quita la vida.
  • La preocupación no nos permite crecer espiritualmente y nos hace iguales a los que no son creyentes.
  • La fe es la convicción de que Dios conoce más de la vida que nosotros mismos y nos ayuda a caminar a través de los momentos difíciles.
  • La preocupación hace que dejemos de ser útiles y nos pasemos a ser inútiles.
  • Vivir intranquilos teniendo preocupaciones y ansiedades está prohibido por Jesús.
  • La preocupación no nos quita las penas del mañana, simplemente nos quita las fuerzas para hoy.
  • La preocupación hace que nos veamos feos, distorsiona nuestros pensamientos, interrumpe nuestro trabajo, inquieta nuestra alma, destruye nuestras amistades y desmoraliza nuestra vida.
  • La preocupación debilita nuestra fe y nuestra energía.
  • Jesús nos ofrece paz en medio de la tormenta.

La gratitud

  • La gratitud es un antídoto para la preocupación y el desaliento.
  • Cultivar un corazón agradecido nos protege de la amargura y nos hace transmisores de paz.
  • La gratitud a Dios y a los hermanos es fundamental para nuestra transformación.

La justicia social

  • La codicia y la avaricia nos separan de Dios y de los necesitados.
  • Debemos usar nuestros recursos sabiamente y confiar en Dios en lugar del dinero.
  • La sociedad actual tiene una gran desigualdad económica y los gobiernos deberían ayudar más a los necesitados.
  • En lugar de dar limosnas, deberíamos ayudar a las personas a salir de la pobreza.
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