Juan El Bautista: Sin miedo a predicar el evangelio,
Juan el Bautista: Un ejemplo de humildad y fidelidad
- Juan el Bautista negó ser el Cristo y confesó ser una voz en el desierto que predicaba la llegada de alguien más grande.
- Su honestidad fue evidente al decir que no era el Mesías esperado.
- Su testimonio nos presenta una lección de humildad y sometimiento a la voluntad de Dios.
- Conocía su lugar en el reino de Dios y supo apartarse para dar paso a Jesús.
- Su mensaje era un llamado a los judíos a volverse a Dios y arrepentirse de sus pecados.
- Su predicación era tenaz en medio de una generación sorda y obstinada.
- Denunció el pecado de adulterio de Herodes y tocó temas que muchos temían mencionar.
El desierto y la iglesia
- El desierto, símbolo de muerte, representa el vacío de fe en el corazón de los judíos.
- La iglesia, aunque es el pueblo de Dios, también puede estar vacía de Dios y necesitar su palabra.
Lecciones para los creyentes
- Como predicadores, no debemos tomar la gloria que pertenece al Señor.
- Debemos apartarnos y reconocer que nuestro ministerio tiene un fin y que viene otro más grande.
- La lección de humildad de Juan el Bautista es un ejemplo a seguir para todos los creyentes.
- No debemos avergonzarnos de predicar a Cristo, el evangelio y el arrepentimiento.
- Debemos decir la verdad y compartirla, aunque sea difícil.
La misión de Juan el Bautista
- Fue escogido por Dios para preparar el camino para la venida de Jesús.
- Su nacimiento fue un milagro y su propósito era llevar a las personas al arrepentimiento y a la conversión.
- Vivió una vida austera y sencilla en el desierto, dedicada a la oración y a la penitencia.
- Predicó con fuerza y con franqueza el bautismo del arrepentimiento para el perdón de los pecados.
- Tuvo el privilegio de reconocer y presentar a Jesús como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
- Invitó a sus discípulos a seguir a Jesús y les dijo que él debía crecer y que él debía disminuir.
Llamado a la acción
- Debemos practicar la justicia, la generosidad y la honestidad en nuestra vida cotidiana.
- No debemos conformarnos con lo mínimo, sino buscar hacer el bien a los demás y ser de bendición para otras personas.
- Debemos dejar la crítica y la censura, y ser sinceros en nuestras palabras y acciones.
- Debemos ser valientes y fieles hasta el final, sin miedo de denunciar el pecado y la injusticia, incluso ante las autoridades.
- No debemos negociar nuestros principios por nada ni por nadie, y debemos mantenernos fieles a Dios y a la verdad.
- Debemos reconocer y seguir a Jesús como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
- No debemos tener miedo de dar testimonio de nuestra fe y de nuestro amor a Dios, incluso ante las dificultades y las persecuciones.
- Debemos mantener nuestra fidelidad a Dios y a su verdad, y dar nuestra vida por amor a Dios y a su reino.
Conclusión
- Juan el Bautista fue un hombre extraordinario que cumplió fielmente su misión de preparar el camino para la venida de Jesús.
- Su vida y testimonio nos desafían a seguir sus pasos.
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