Los elegidos de Dios – Charles Spurgeon
La Elección Divina y su Fundamento Bíblico
La elección divina es una verdad revelada en la Sagrada Escritura. En 2 Tesalonicenses 2:13-14, Pablo declara que Dios escogió a los creyentes desde el principio para la salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. Aunque esta doctrina es esencial en la Biblia, muchos cristianos la rechazan debido a prejuicios o falta de comprensión.
A pesar de estas resistencias, la elección divina, cuando es iluminada por el Espíritu Santo, se convierte en un mensaje práctico y transformador. La gracia inmerecida y el amor inmutable de Dios nos invitan a reflexionar sobre este profundo misterio.
La Necesidad de Escuchar con Humildad
Aceptar la doctrina de la elección requiere humildad. Es sabio reconocer cuando se está equivocado y abrir el corazón a lo que la Escritura enseña claramente. La Biblia, como autoridad máxima, debe prevalecer sobre opiniones personales o tradiciones. La elección divina no es una invención humana, sino un reflejo del propósito eterno de Dios.
Aspectos de la Elección Divina
La elección divina tiene características únicas que destacan su profundidad:
- Veracidad: Es una doctrina basada en la verdad de la Palabra de Dios.
- Absolutidad: Depende únicamente de la soberana voluntad de Dios.
- Eternidad: Dios escogió desde antes de la creación del mundo.
- Personalidad: Se refiere a individuos, no simplemente a naciones.
Resultados Transformadores de la Elección
Lejos de fomentar una vida desordenada, la elección produce santificación y fe. Los elegidos de Dios son llamados a vivir en justicia, obedecer Su Palabra y caminar en buenas obras. Este llamado no es una excusa para pecar, sino una invitación a reflejar la santidad de Dios.
Evidencias Bíblicas de la Elección
La elección es un tema recurrente en las Escrituras. Jesús mismo menciona a los “escogidos” en Mateo y Marcos, asegurando que Dios acorta los días de tribulación por amor a ellos. En las epístolas, Pablo y Pedro llaman a los creyentes “escogidos de Dios”, mostrando que esta verdad abarca tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento.
La Elección en la Historia de la Iglesia
La doctrina de la elección no es nueva. Ha sido proclamada por confesores y mártires a lo largo de los siglos. Credos antiguos, como el de los valdenses, afirman que Dios elige a Su pueblo por pura misericordia y no por méritos humanos. Esta verdad ha sido una fuente de consuelo para los santos en todas las épocas.
La Responsabilidad Humana ante la Elección
Aunque la elección es un acto soberano de Dios, no elimina la responsabilidad humana. La fe y la santidad son evidencias de la elección. Nadie puede reclamar ser elegido sin una vida transformada por el evangelio. Los que buscan a Dios con sinceridad pueden estar seguros de que son parte de Su plan eterno.
Consuelo y Seguridad en la Elección
La doctrina de la elección no está destinada a infundir temor, sino a ofrecer consuelo. Los creyentes pueden descansar en la seguridad de que su salvación no depende de sus esfuerzos, sino de la gracia soberana de Dios. Aquellos que creen en Jesucristo son, sin duda, elegidos y amados por Dios.
Conclusión: La Gloria de la Elección
La elección divina magnifica la gracia de Dios y resalta Su soberanía. Es un recordatorio de que la salvación es un regalo inmerecido, basado en el propósito eterno de Dios. Al reflexionar sobre esta verdad, los creyentes están llamados a vivir en gratitud, fe y obediencia, sabiendo que su destino eterno está en las manos de un Dios fiel y amoroso.