Pablo: El pecado que hay en mi | Personajes Bíblicos
El pecado y su naturaleza
- El pecado entró en el mundo por la desobediencia de Adán y se transmitió a toda la humanidad.
- La naturaleza pecaminosa, llamada la carne, es la tendencia natural a pecar y no puede agradar a Dios.
- El pecado está presente en todos los seres humanos y nos separa de Dios.
Consecuencias del pecado
- Existen teorías que niegan la existencia del pecado, como el ateísmo, el hedonismo y el determinismo.
- El pecado es una realidad en la vida del creyente, pero no debemos subestimar su poder ni intentar luchar contra él con nuestras propias fuerzas.
La solución al pecado
- Dios proveyó un medio de justificación a través de su hijo Jesucristo, quien pagó el precio por nuestros pecados y nos liberó del poder del pecado.
- Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados si confesamos y nos arrepentimos.
- El Espíritu Santo es la provisión de Dios para vencer el pecado, y debemos buscar su ayuda constantemente.
La lucha interna contra el pecado
- La lucha interna contra el pecado es tan real para nosotros como lo fue para Pablo, pero de él aprendemos que siempre que nos sintamos perdidos debemos remontarnos a los inicios de nuestra vida espiritual y recordar que hemos sido salvados por la gracia de Dios a través de la fe en Cristo Jesús.
- La ley en nuestros miembros es el pecado oculto que tenemos dentro, y es nuestra vulnerabilidad. Se trata de cualquier cosa en nosotros que es más leal a nuestra antigua vida egocéntrica que a Dios.
- El problema del egoísmo, el egocentrismo y el “yo primero” es una lucha interna real para nosotros, pero podemos vencerla con la ayuda del Espíritu Santo.
La victoria sobre el pecado
- Jesucristo ya te había liberado del pecado, pero te has confundido y has caído en la tentación.
- Sigue el ejemplo de Pablo y da gracias a Dios por haberte dado libertad a través de Jesucristo.
- Permite que la realidad del poder de Cristo te conceda una victoria verdadera sobre el pecado.
- Todos luchamos contra la tentación, por eso oramos en el Padre Nuestro “no nos dejes caer en tentación y líbranos de todo mal”.
- El Espíritu Santo es el que nos ayuda.
- Si estás luchando con el pecado y cayendo permanentemente en tentación, busca con sinceridad y con ansia a Jesucristo, él te ayudará por medio de su Santo Espíritu y te sacará del pozo cenagoso y te librará de tanta tentación.
- Tienes que aferrarte a él y tomar decisiones radicales para tu vida eterna.
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