¿Qué pasará si me alejo de Dios? // Charlas Bíblicas
¿Qué sucede cuando nos alejamos de Dios? En charla con Carlos Reich y Alejandro Salcedo exploramos las consecuencias espirituales de abandonar a Dios y cómo esto afecta nuestra vida.
La necedad de abandonar a Dios
Vivimos en un mundo donde la tecnología, las redes sociales y la presión social nos empujan a alejarnos de Dios, muchas veces sin darnos cuenta. Poco a poco, nuestra fe se va debilitando hasta que tomamos la decisión de darle la espalda a Dios por completo. Pero, ¿qué sucede realmente cuando abandonamos a Dios?
El error de negar a Dios
La Biblia dice: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmos 14:1). Negar a Dios no es solo rechazar su existencia, sino también su autoridad y su dirección en nuestra vida. Cuando alguien abandona a Dios, está rechazando su guía y su protección, dejándose llevar por sus propios deseos y confiando en su propia sabiduría. Esto, inevitablemente, conduce al sufrimiento y al vacío espiritual.
Negar a Dios puede manifestarse de muchas maneras. Algunos lo hacen abiertamente, rechazando su existencia. Otros lo hacen sutilmente, dejando de orar, de leer la Biblia y de congregarse. Poco a poco, se enfrían espiritualmente y terminan viviendo como si Dios no existiera. Sin embargo, esto tiene consecuencias graves tanto en esta vida como en la eternidad.
Dos errores del pueblo de Dios
El profeta Jeremías señaló dos pecados fundamentales en el pueblo de Israel:
- Abandonaron a Dios, la fuente de agua viva.
- Cavaron para sí cisternas rotas que no retienen agua.
Esto significa que, al apartarnos de Dios, buscamos soluciones humanas que no pueden saciar ni sostener nuestra vida espiritual. En lugar de confiar en Dios, buscamos satisfacción en el dinero, en el placer, en el poder o en relaciones humanas, pero nada de eso puede llenar el vacío que solo Dios puede llenar.
Cuando una persona abandona a Dios, se expone a una vida de incertidumbre y sufrimiento. La Biblia nos muestra que el alejamiento de Dios no trae libertad, sino esclavitud. El pecado, aunque parece atractivo al principio, termina destruyendo el alma y trayendo consecuencias desastrosas.
La consecuencia de dejar a Dios
Muchas personas, cuando atraviesan problemas, preguntan: “¿Por qué Dios me ha abandonado?”. Sin embargo, Dios responde: “Me dejaron a mí”. Las dificultades que enfrentamos no son por falta de amor de Dios, sino por nuestras decisiones erradas. Cuando dejamos a Dios, nos exponemos al caos, la desesperación y la soledad espiritual.
Dios nunca nos obliga a quedarnos con Él. Nos ha dado libre albedrío para elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Pero cuando elegimos alejarnos de Él, también elegimos enfrentar las consecuencias de esa decisión. La paz, el gozo y la seguridad que solo Dios puede dar desaparecen, y en su lugar quedan la ansiedad, el miedo y la confusión.
Ejemplo de Lot: una mala decisión que lo llevó a la ruina
Lot eligió según sus deseos y terminó en Sodoma, una ciudad de pecado. Muchas veces tomamos decisiones basadas en lo que parece bueno a nuestros ojos, pero sin consultar a Dios. Como resultado, nos alejamos de Él y sufrimos las consecuencias.
Lot era un hombre que había sido bendecido gracias a su relación con Abraham, un hombre de fe. Sin embargo, cuando tuvo que elegir dónde vivir, en lugar de buscar la dirección de Dios, se dejó llevar por lo que parecía más atractivo. Esto lo llevó a vivir en Sodoma, una ciudad corrupta y perversa. Al final, su elección le costó caro: perdió su hogar, su esposa y casi pierde su vida.
Este relato nos enseña que nuestras decisiones tienen consecuencias. Cuando dejamos a Dios fuera de nuestras decisiones, nos exponemos al peligro y a la destrucción. Debemos aprender a depender de Dios y buscar su guía en cada paso que damos.
El precio de abandonar a Dios
En Romanos 1:18-32, Pablo describe cómo la humanidad ha cambiado la verdad de Dios por la mentira, cayendo en todo tipo de pecados. El alejamiento de Dios lleva a:
- Pérdida del temor a Dios
- Confusión moral
- Esclavitud del pecado
- Consecuencias amargas y destructivas
- Vida sin propósito ni esperanza
Cuando una persona deja a Dios, su vida se llena de oscuridad. Pierde el rumbo y se vuelve vulnerable a las mentiras del enemigo. La sociedad actual nos muestra el resultado de apartarse de Dios: corrupción, violencia, inmoralidad y desesperanza. Todo esto es consecuencia de haber sacado a Dios de nuestras vidas y de nuestras sociedades.
La solución: volver a Dios
A pesar de nuestra rebeldía, Dios nos llama a regresar. Como el padre del hijo pródigo, Él nos espera con los brazos abiertos. Volver a Dios es la mejor decisión que podemos tomar, pues solo en Él encontramos verdadera paz y restauración.
Dios no nos rechaza cuando volvemos a Él con un corazón arrepentido. Su amor es infinito y siempre está dispuesto a perdonar. La Biblia nos dice: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
Regresar a Dios no significa que no enfrentaremos problemas, pero sí significa que no estaremos solos. Dios nos dará la fuerza, la paz y la dirección que necesitamos para enfrentar cualquier situación. No importa cuánto hayamos fallado, Dios siempre está dispuesto a restaurarnos y darnos una nueva oportunidad.
Conclusión
No abandones a Dios. Si te has alejado, regresa hoy. No importa cuán lejos hayas ido, su amor sigue esperando por ti. No caigas en la necedad de alejarte de la fuente de vida. Decide hoy buscar a Dios con todo tu corazón y experimentar la plenitud de su amor y su gracia.
Si alguna vez has sentido que Dios está lejos, recuerda que Él no se ha movido, sino que nosotros somos los que nos alejamos. La buena noticia es que siempre podemos volver. Su amor es eterno y su misericordia no tiene fin. Vuelve a Dios hoy mismo y experimenta su paz, su gozo y su restauración.