Cómo oír a Dios DIARIAMENTE // Charlas Bíblicas

Cómo oír a Dios DIARIAMENTE // Charlas Bíblicas

En esta charla emitida por Radio Solidaria y Solidaria TV, José Mederos y Carlos Reich nos invitan a reflexionar sobre una de las necesidades más urgentes para todo creyente: ¿Cómo oír a Dios diariamente?

A través de una exposición clara, sincera y basada 100% en la Palabra, descubrimos que Dios habla todos los días, pero que el problema está en nuestra falta de sensibilidad espiritual, incredulidad o desobediencia. Esta enseñanza es un llamado práctico y profundo para aprender a desarrollar un oído espiritual capaz de percibir la voz de Dios cada jornada, en medio de la rutina, las decisiones y los silencios. No es cuestión de méritos, sino de relación. Dios quiere hablarte hoy. ¡Aprende a oírle todos los días!

1. Dios habla todos los días, pero ¿estamos escuchando?

El problema no es que Dios haya guardado silencio. Dios habla constantemente. Pero como sucede en una relación madura, muchas veces el lenguaje es no verbal. Dios nos habla a diario por medio de su Palabra, del Espíritu Santo, de predicadores fieles, y también de forma personal en el corazón. La clave es prestar atención cada día y cultivar una sensibilidad que se entrena con el tiempo.

“Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios…” ( Éxodo 15:26 )

“El que es de Dios, las palabras de Dios oye…” ( Juan 8:47 )

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.” ( Juan 10:27 )

2. Escuchar a Dios cada día trae bendición constante

Israel fue testigo de milagros impresionantes, pero al tercer día en el desierto ya murmuraban. Escuchar a Dios no es cosa de un día al mes, sino una disciplina diaria. La bendición de Dios está condicionada a una escucha y obediencia permanentes.

“Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto… ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti.” ( Éxodo 15:26 )

“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios… vendrán sobre ti todas estas bendiciones…” ( Deuteronomio 28:1 )

“Y por haber oído estos decretos… Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia.” ( Deuteronomio 7:12 )

3. El enemigo diario: incredulidad y corazón endurecido

Cada día enfrentamos voces contrarias: del mundo, de la carne y del enemigo. La incredulidad endurece el corazón y nos hace insensibles a la voz de Dios. Escuchar a Dios diariamente requiere renovar nuestra fe y arrepentimiento continuamente.

“Mirad… que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad…” ( Hebreos 3:12 )

“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones…” ( Hebreos 3:15 )

4. Alimenta la fe para oír mejor

La fe se cultiva como el oído espiritual. Si no nos alimentamos cada día de la Palabra, la voz de Dios se apagará entre el ruido. Para oír a Dios diariamente, la Biblia debe ser nuestro pan cotidiano.

“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” ( Romanos 10:17 )

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, redargüir, corregir, instruir en justicia…” ( 2 Timoteo 3:16 )

5. Aprende a reconocer su voz paso a paso

Nadie nace sabiendo oír a Dios. Samuel necesitó ayuda para entender que era Dios quien le hablaba. Oír a Dios diariamente se aprende caminando con él, desarrollando el oído espiritual, y rodeándonos de personas maduras que nos ayuden a discernir.

“Habla, Jehová, porque tu siervo oye.” ( 1 Samuel 3:9 )

“Samuel no dejaba caer ninguna de las palabras.” ( 1 Samuel 3:19 )

“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna.” ( Juan 5:39 )

6. Cada día, reconoce si eres de sus ovejas

Jesús fue claro: sus ovejas oyen su voz. Oír a Dios diariamente también confirma que somos verdaderamente de él. Si no lo oímos, el problema no está en él, sino en nuestra posición delante de Dios.

“Mis ovejas oyen mi voz… y yo les doy vida eterna.” ( Juan 10:27–28 )

“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace… será comparado a un hombre prudente.” ( Mateo 7:24 )

7. Sensibilidad espiritual: un ejercicio diario

Los discípulos de Emaús caminaron junto a Jesús resucitado y no lo reconocieron. Su tristeza y preocupación les nublaron la vista y el oído. Aprendamos de esto: si queremos oír a Dios diariamente, debemos hacer espacio en nuestro corazón.

“Mas los ojos de ellos estaban velados para que no le conociesen.” ( Lucas 24:16 )

“¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!” ( Lucas 24:25 )

8. La Biblia: tu voz segura cada mañana

Dios puede usar diferentes medios, pero su Palabra sigue siendo la forma más segura, directa y constante de hablarnos. Si quieres oír a Dios cada día, abre tu Biblia cada día.

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos…” ( 2 Pedro 1:19 )

“Toda profecía… nunca fue traída por voluntad humana, sino… por el Espíritu Santo.” ( 2 Pedro 1:21 )

9. Descubre qué te está diciendo Dios hoy

Dios tiene una palabra personal para ti cada día. Pero no todas las voces son suyas. Aprende a retener su voz, a meditarla, a obedecerla. Como Samuel y María, que no dejaron caer ni una palabra. Cada día, Dios quiere hablarte algo específico.

“María… guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón.” ( Lucas 2:19 )

“No dejaba caer ninguna de sus palabras.” ( 1 Samuel 3:19 )

Conclusión:

Dios está hablando cada día. La pregunta es: ¿quieres oírle hoy? Elige apagar las otras voces. Abre tu corazón. Toma tu Biblia. Habla con Dios y dile: «Señor, quiero aprender a oír tu voz cada día.» La relación diaria con Dios es lo que marcará tu camino.

“El que me oye… y hace… es como un hombre prudente.” ( Mateo 7:24 )

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