El gozo que no depende de las circunstancias // Ramon Ubillos CONGRESO REMAR ARGENTINA 2025

El Gozo que no Depende de las Circunstancias // Ramon Ubillos

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Introducción

En esta enseñanza del pastor Ramón Ubillos, descubriremos una verdad profunda: el gozo verdadero no depende de las circunstancias externas, sino de la presencia constante de Dios en la vida del creyente. A lo largo de esta predicación aprenderás:

  • Cómo la presencia de Dios transforma el corazón y da seguridad, protección y alegría.
  • Por qué la comunión personal con Dios es la clave para mantener el gozo incluso en medio de los problemas.
  • La importancia de tener momentos de intimidad y oración sincera, más allá de la religiosidad o las apariencias.
  • Cómo la sabiduría divina y la palabra fresca del Señor renuevan el alma y fortalecen la fe cada día.
  • Y finalmente, cómo organizar la vida y el tiempo para cultivar una relación profunda con Dios que produce un gozo que nada ni nadie puede robar.

Esta enseñanza te llevará a comprender que el gozo no es una emoción pasajera, sino una condición espiritual que nace de habitar bajo la sombra del Altísimo.

El gozo verdadero nace en la presencia de Dios

El gozo es un fruto del Espíritu Santo que no se basa en las circunstancias externas, sino en la presencia de Dios. Cuando una persona vive en comunión con el Señor, experimenta un gozo profundo y constante, incluso en medio de pruebas o dificultades. Este gozo no es una emoción humana, sino el resultado de habitar en la presencia viva del Señor.

Estar en la presencia de Dios cambia radicalmente la vida: su amor, su abrazo y su cercanía traen paz, seguridad y confianza. No se trata de una emoción, sino de un estado interior que solo puede producir el Espíritu Santo.

La protección y seguridad en la presencia divina

Vivir en la presencia de Dios no solo produce gozo, sino también protección. El Señor es misericordioso, perdonador y justo. Quien teme a Dios con amor reverente encuentra refugio bajo sus alas. No importa lo que el enemigo planee, la seguridad de los hijos de Dios está garantizada.

Ramón Ubillos recuerda un testimonio en una campaña evangelística, donde a pesar de las amenazas, la protección del Altísimo prevaleció. Estar con Dios es estar a salvo, porque nada escapa a su control.

La comunión personal: la clave del gozo

La comunión íntima con Dios es la fuente del gozo duradero. Isaías 55:6-7 invita a buscar al Señor “mientras puede ser hallado”, porque en su presencia se encuentra la misericordia y el perdón. Cada persona puede experimentar esa cercanía de manera única y personal.

El verdadero gozo no viene de las multitudes, ni siquiera de los momentos colectivos de adoración, sino del encuentro personal con Dios. Jesús enseñó que debemos entrar en nuestro aposento, cerrar la puerta y orar en secreto. Allí, en la intimidad, el alma se renueva y el gozo se fortalece.

La autenticidad en la oración y la relación con Dios

Dios no busca apariencias ni religiosidad exterior. Jesús advirtió contra los hipócritas que oran para ser vistos por los hombres. El gozo genuino se cultiva en la sinceridad del corazón, no en las demostraciones públicas.

Ubillos compara esta intimidad con una relación matrimonial: así como los esposos necesitan momentos a solas para fortalecer su amor, los creyentes necesitan espacios personales para estar con su Padre celestial. En esos encuentros, el alma se transforma y el rostro refleja la gloria de Dios, como le sucedía a Moisés.

La búsqueda diaria de Dios: fuente de sabiduría y transformación

El gozo que no depende de las circunstancias nace de una vida de búsqueda continua. David comprendió esto cuando clamó en el Salmo 51: “En lo secreto me has hecho comprender sabiduría”. El gozo y la sabiduría se encuentran en la presencia de Dios, donde aprendemos a tomar decisiones correctas y a caminar conforme a su voluntad.

No se trata de pedirle a Dios que bendiga nuestros planes, sino de rendirnos a su voluntad perfecta. La verdadera alegría llega cuando aprendemos a confiar plenamente en Él.

La palabra fresca de Dios renueva el alma

Ramón Ubillos advierte que no debemos vivir de experiencias pasadas o palabras antiguas. Dios desea hablarnos cada día con una palabra fresca, viva y actual. Su mensaje no es una comida recalentada, sino un pan recién salido del horno.

Quien vive en la presencia de Dios recibe dirección nueva cada mañana, fuerza renovada y un gozo que no se agota.

La humildad y el privilegio de buscar a Dios

El camino del gozo pasa por la humildad. No podemos enseñarle nada a Dios; Él nos transforma a nosotros. Debemos acercarnos con corazón sincero, reconociendo que siempre tiene la razón. Las pruebas son oportunidades para descubrir la “perla de gran precio”: su presencia.

Buscar a Dios no debe ser una obligación, sino un privilegio gozoso. El verdadero gozo florece cuando el alma se deleita en estar con Él.

Administrar el tiempo para estar con Dios

Dios desea formar parte de nuestra agenda diaria. Aunque tengamos muchas responsabilidades, todos tenemos tiempo para lo esencial: estar en su presencia. Reservar momentos para orar, meditar y escuchar su voz es vital para mantener el gozo interior.

Cuando alguien pasa tiempo con Dios, los demás lo notan. Su vida refleja paz, equilibrio y una luz que solo proviene del Señor.

Conclusión: el compromiso que transforma

El gozo que no depende de las circunstancias es el resultado de una relación íntima y constante con Dios. No se obtiene en los momentos de abundancia, sino en la quietud del alma que confía en el Señor.

Ramón Ubillos invita a cada creyente a comprometerse con Dios, a buscarlo en lo secreto y a dejarse transformar por su presencia. Quien cultiva esa relación personal experimenta una vida llena de propósito, sabiduría y una alegría eterna que ninguna circunstancia puede apagar.

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