Elige el Plan de Dios, No el Plan del Mundo // Ramón Ubillos
En esta poderosa predicación desde Argentina, Ramón Ubillos nos enseña la importancia de confiar en Dios y no en los sistemas del mundo.
¿De dónde viene nuestro socorro?
El salmista se preguntó:
«Alzaré mis ojos a los montes, ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero ni se dormirá el que te guarda, y aquí no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador, Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día ni la luna de noche, Jehová te guardará de todo mal, él guardará tu alma, Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.» (Salmo 121:1-8)
El mundo nos enseña a buscar nuestra propia vida, a depender de fuerzas humanas o materiales. Sin embargo, la Palabra nos recuerda que nuestra ayuda viene del Señor. Cuando buscamos soluciones fuera de él, nos volvemos deudores de sistemas que exigen algo a cambio, mientras que Dios da por amor.
La trampa de confiar en la fuerza humana
«El rey no se salva por la multitud del ejército ni escapa el valiente por la mucha fuerza. Vano para salvarse es el caballo, la grandeza de su fuerza a nadie podrá librar. He aquí el ojo de Jehová está sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia para librar sus almas de la muerte y para darles vida en tiempo de hambre. Nuestra alma espera a Jehová, nuestra ayuda y nuestro escudo es él.» (Salmo 33:16-22)
Las estrategias humanas y la autosuficiencia no garantizan el éxito ni la protección. Solo aquellos que confían en Dios pueden experimentar su provisión y dirección.
Solo lo bueno viene de Dios
«Amados míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación. Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.» (Santiago 1:16-18)
Si todo lo bueno viene de Dios, entonces lo que no viene de él no puede ser bueno. A menudo buscamos cosas fuera de su voluntad que nos terminan haciendo daño. Debemos aprender a rechazar lo que no proviene de él.
La importancia de hacer la obra de Dios a su manera
«Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová, Dios de Israel, vinieron a Zorobabel y a los jefes de las casas paternas, y les dijeron: ‘Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios’. Pero Zorobabel, Jesúa y los demás jefes de Israel respondieron: ‘No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová’.» (Esdras 4:1-3)
El mundo busca influenciar la obra de Dios con principios que no le pertenecen. La edificación de su reino debe realizarse según su plan, sin comprometer sus principios.
Permanecer en la voluntad de Dios
«No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.» (1 Juan 2:15-17)
La vida en Cristo no se basa en perseguir deseos pasajeros, sino en vivir en su voluntad, la cual es eterna y nos llena de verdadera satisfacción.
Conclusión
Elegir el plan de Dios es vivir bajo su provisión, seguridad y amor. No hay necesidad de buscar caminos alternativos cuando él nos da todo lo que necesitamos. Hoy podemos decidir vivir conforme a su voluntad, confiando en que sus planes son siempre mejores para nosotros. Que cada día podamos orar: «Señor, solo quiero lo que viene de ti. No deseo nada fuera de tu voluntad, porque sé que tu plan es perfecto para mi vida.»