Gratitud en Toda Circunstancia // Juan José Estévez

Gratitud en Toda Circunstancia // Juan José Estévez

Introducción

El apóstol Pablo nos exhorta en 1 Tesalonicenses 5:18 a dar gracias en todo, pues esta es la voluntad de Dios para con nosotros en Cristo Jesús. Sin embargo, ¿es posible realmente vivir con un corazón agradecido en cualquier circunstancia? Esta predicación de Juan José Estévez nos desafía a reflexionar sobre la gratitud en medio de la adversidad.

La Iglesia de Tesalónica y la Persecución

Pablo escribe a una iglesia que enfrentaba hostigamiento y rechazo por causa de su fe. Muchos de ellos habían sido expulsados de sus sinagogas y sufrían pérdidas materiales y sociales. En medio de estas dificultades, Pablo no les dice que huyan ni que se quejen, sino que les ordena “Dad gracias en todo”.

La Gratitud en Medio de la Prueba

El agradecimiento genuino solo es posible cuando entendemos que Dios es bueno y justo. A menudo, cuando enfrentamos dificultades, nuestra primera reacción es cuestionar a Dios o buscar culpables. Sin embargo, la clave está en confiar en que todo tiene un propósito, aunque en el momento no lo comprendamos.

Creer en Dios y en su Bondad

Es difícil dar gracias en todo si no estamos convencidos de que Dios existe y que solo quiere lo mejor para nosotros. La gratitud es una respuesta natural de aquellos que han entendido que, incluso en la aflicción, Dios sigue obrando para nuestro bien.

Propósito sobre Entendimiento

Dios no nos llama a entender cada circunstancia, sino a confiar en Él. Como dice Romanos 8:28: “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”. La paz viene cuando dejamos de buscar razones y comenzamos a buscar propósito.

Obstáculos para la Gratitud

  1. Incredulidad: Si no creemos en Dios, nunca le daremos gracias.
  2. Insatisfacción: Cuando vivimos insatisfechos con lo que somos y tenemos, la gratitud desaparece.
  3. Enfoque en el beneficio personal: Quienes sirven esperando recompensas humanas, nunca experimentarán verdadera gratitud.

La Alegría y la Gratitud Van de la Mano

El agradecimiento y la alegría son inseparables. Un corazón agradecido es un corazón gozoso. No se trata de reír siempre, sino de vivir con una paz interior que supera las circunstancias externas.

Conclusión

Dar gracias en todo es una orden de Dios, no una sugerencia. No siempre entenderemos el “por qué”, pero podemos confiar en que Dios tiene un “para qué”. Vivamos con corazones agradecidos, recordando que la voluntad de Dios es que, en toda circunstancia, le demos gracias. Amén.

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