Lo Que Cuesta Seguir a Cristo // Juan José Estévez
Seguir a Cristo no es solo una decisión, sino una prueba diaria que implica compromiso y renuncia. En esta predicación de Juan José Estévez, exploramos el verdadero costo del discipulado a la luz de las enseñanzas de Jesús.
Introducción
Esta enseñanza se basa en una predicación del pastor Juan José Estévez, quien nos desafía a reflexionar sobre el verdadero costo de seguir a Cristo. A través de pasajes bíblicos clave, nos muestra cómo la decisión de ser discípulo de Jesús implica renuncias, pruebas diarias y un compromiso inquebrantable con el Reino de Dios. La vida cristiana no se trata solo de palabras, sino de acciones que reflejan nuestra entrega total a Dios.
Seguir a Cristo es una Prueba Diaria
Seguir a Jesús no es solo una afirmación, sino una prueba constante. Cada día somos evaluados en nuestra fidelidad y compromiso con Él. Jesús nunca prometió que sería fácil, sino que nuestras motivaciones y determinación serían probadas.
La Prueba del Joven Rico
Un claro ejemplo es el joven rico, quien pensó que era lo suficientemente bueno para seguir a Jesús porque había cumplido la ley. Sin embargo, cuando Jesús le pidió que vendiera todo y lo siguiera, no pudo hacerlo.
“Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.”
(Mateo 19:21)
La dificultad no estaba en la exigencia de Jesús, sino en el apego del joven a sus riquezas. Jesús nos recuerda que la puerta es estrecha, y debemos dejar atrás lo que nos impide pasar.
“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
(Juan 14:6)
Las Demandas de Jesús
Jesús dejó claro que seguirle requiere decisiones radicales. Aquel que quería seguirlo voluntariamente recibió la advertencia de que:
“Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.”
(Lucas 9:58)
Otro, llamado por Jesús, puso excusas para retrasar su obediencia, pero Jesús le dijo:
“Deja que los muertos entierren a sus muertos, y tú ve y anuncia el reino de Dios.”
(Lucas 9:60)
Respuestas Radicales a Demandas Radicales
Dios no quiere respuestas tibias. Jesús fue claro al decir que quien pone la mano en el arado y mira atrás no es apto para el Reino de Dios.
“Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.”
(Lucas 9:62)
La mediocridad no tiene cabida en el discipulado. Si Él es nuestra prioridad, debemos confiar en que Él suplirá nuestras necesidades.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
(Mateo 6:33)
Aborrecer Nuestra Propia Vida
Jesús dijo:
“Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, madre, esposa, hijos, hermanos y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.”
(Lucas 14:26)
Esto no significa odiar literalmente, sino dar prioridad a Cristo sobre todo. Muchas veces, quienes nos aman pueden llegar a despreciarnos por nuestra fe. Jesús mismo dijo:
“No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.”
(Mateo 10:34)
Morir al Yo para Vivir en Cristo
Pablo entendió esta verdad cuando dijo:
“Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.”
(Gálatas 6:14)
Seguir a Jesús significa renunciar a nuestro viejo yo y permitir que Cristo viva en nosotros.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.”
(Gálatas 2:20)
La Metamorfosis Espiritual
Nuestra transformación es como la de una oruga que se convierte en mariposa. Antes éramos egoístas y llenos de pecado, pero cuando Cristo entra en nuestra vida, nos transforma en nuevas criaturas que buscan glorificar a Dios y servir a los demás.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
(2 Corintios 5:17)
La Prueba de la Tibieza
Uno de los mayores peligros del discipulado es la tibieza espiritual. Jesús dijo:
“Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”
(Apocalipsis 3:16)
La falta de compromiso total con Dios nos impide avanzar en nuestro caminar cristiano.
Deja que Dios Supla tus Necesidades
Jesús nos enseña que nuestra preocupación no debe ser nuestro bienestar, sino el Reino de Dios.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
(Mateo 6:33)
Cuando confiamos en Él, descansamos de la ansiedad de querer controlarlo todo.
La Cruz que Llevamos
Jesús nos llama a llevar nuestra cruz cada día.
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.”
(Lucas 9:23)
Esto significa morir a nuestros deseos y vivir conforme a su voluntad, recordando que la vida cristiana no es fácil, pero es el camino hacia la verdadera vida.
Conclusión: La Prueba es Día a Día
Cada día es una oportunidad para demostrar nuestra fidelidad a Cristo. Seguirle implica renunciar a nosotros mismos, confiar en Él y obedecerle sin reservas. ¿Estás dispuesto a pagar el precio de seguir a Cristo?