¿Guardar el Sabbat? La Verdad que Muchos Ignoran // Miguel Díez

¿Guardar el Sabbat? La Verdad que Muchos Ignoran // Miguel Díez

El Verdadero Reposo

En una enseñanza profunda y confrontadora, el pastor Miguel Díez nos invita a reflexionar sobre uno de los temas más debatidos en la fe cristiana: el Sabbat o día de reposo. A través de una predicación viva, llena de anécdotas personales, referencias bíblicas y discernimiento espiritual, Miguel desenmascara las confusiones y cargas religiosas que muchos creyentes hoy aún llevan, especialmente aquellos influenciados por movimientos que buscan judaizar el evangelio.

Un rabino y una provocación santa

La predicación comienza con una historia personal: la amistad del pastor con un rabino ortodoxo en Jerusalén. Este hombre, profundamente religioso, felicita cada viernes con un «Shabbat Shalom», mostrando fidelidad a su fe, pero también una desconexión de la plenitud del mensaje del Mesías. Miguel ora por él, deseando que el velo que cubre sus ojos —el mismo del que habla Pablo en 2 Corintios 3:14— sea quitado y pueda ver a Yeshúa como el cumplimiento del pacto.

Pero esta anécdota sirve para algo más: para introducir la contradicción del Sabbat vivido como un ritual vacío, como una celebración semanal sin transformación real.

Sabbat: ¿una carga o un descanso diario?

Muchos creyentes, sobre todo los nuevos o los que no han madurado en el Espíritu, se ven atrapados en doctrinas que les hacen sentir culpables si no guardan el Sabbat literalmente el sábado. Hay incluso ministerios que lo consideran un pecado imperdonable.

Miguel responde con claridad: Jesús no vino a condenar ni a esclavizar con leyes, sino a traer un descanso permanente al corazón del creyente. Como dice con fuerza: “Shabbat Shalom, hoy también, mañana y todos los días.”

La ley que mata vs. la vida en el Espíritu

Citando Éxodo 31:12-17, donde Dios da a Israel la orden de guardar el Sabbat como señal perpetua, Miguel explica que esta era una orden específica para el pueblo de Israel, como parte del Antiguo Pacto. En aquella época, quien no guardaba el Sabbat podía morir. La ley traía juicio. Pero Jesús vino a cumplir esa ley y a darnos la libertad del Espíritu.

La vida cristiana no se basa en guardar un día, sino en vivir todos los días consagrados a Dios. El verdadero reposo no es físico, sino espiritual: cesar de nuestras obras para que las obras de Dios se manifiesten en nosotros.

Las contradicciones del legalismo religioso

Miguel también critica cómo los legalismos extremos pueden llevar a absurdos cotidianos: desde no poder abrir la puerta de tu propia casa hasta no apretar un botón en el ascensor, como ocurre en algunos sectores ortodoxos en Israel durante el Sabbat. Todo esto demuestra que, cuando una orden de Dios se convierte en un dogma sin entendimiento espiritual, paraliza y esclaviza.

¿Y los gentiles?

Una de las preguntas clave que plantea Miguel es: “Si el Sabbat es un pacto perpetuo para los judíos, ¿qué pasa con los gentiles?” La respuesta es clara: los gentiles no están llamados a vivir bajo la ley mosaica, sino bajo la ley perfecta de la libertad (Santiago 1:25). No se trata de eliminar el mandamiento, sino de vivirlo en su cumplimiento pleno en Cristo.

Sabbat: descanso del egoísmo y del mundo

El mensaje es fuerte: no tiene sentido dedicar un solo día a descansar del egoísmo, del afán y del materialismo si el resto de la semana se vive en el caos. El verdadero creyente vive cada día apartado del mundo, buscando a Dios, honrando a su familia, sirviendo al prójimo. El Sabbat de Jesús es una vida continua en reposo, no un ritual semanal.

El Jubileo y el descanso del alma

Miguel cierra con una reflexión sobre el jubileo, ese año sabático que llega cada 50 años según la ley hebrea. En tono personal, cuenta que lleva 45 años sirviendo al Señor, y aunque ya se jubiló del trabajo secular, en el ministerio no hay jubilación. Porque servir a Dios no cansa, sino que renueva.

Conclusión: el Sabbat es Cristo

Esta predicación no solo es una enseñanza doctrinal, sino una exhortación al corazón del creyente. Miguel Díez no niega la raíz hebrea de la fe cristiana, pero recuerda que la plenitud está en Cristo. Él es nuestro reposo, nuestro descanso, nuestro Sabbat eterno. Celebrarlo no es cuestión de días, sino de entrega diaria.

“Shabbat Shalom, hoy también, mañana y todos los días. Amén.”


Miguel Díez Portada

Miguel Díez es presidente de la ONG Remar en 68 países y fundador de la iglesia Cuerpo de Cristo.

Conocer aquí la biografía de Miguel Díez

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