Revelaciones: Aprendiendo a Ver con los Ojos del Espíritu

Revelaciones: Aprendiendo a Ver con los Ojos del Espíritu

En una época marcada por la confusión espiritual, las crisis globales y el avance de una agenda contraria a los valores de Dios, el pastor Miguel Díez nos presenta una enseñanza vital: necesitamos urgentemente la revelación divina. No se trata de visiones místicas o emociones subjetivas, sino de esa iluminación espiritual que solo el Espíritu Santo puede dar para que podamos discernir la verdad, conocer los tiempos y actuar conforme a la voluntad de Dios.

Este mensaje no es simplemente una predicación más. Es una llamada a vivir una fe activa, profética y profundamente arraigada en la Palabra revelada. Es, también, un grito de alerta a un pueblo que, en muchos casos, ha perdido sensibilidad espiritual, se ha estancado en la religiosidad y necesita con urgencia quitar los velos del entendimiento.

Un llamado a escudriñar las Escrituras y buscar revelación

Miguel Díez comparte cómo, tras grabar cincuenta programas de palabras proféticas y publicar un primer libro con esas revelaciones, su anhelo no se apagó. Por el contrario, creció con más fuerza. La necesidad de entender las profecías bíblicas y recibir revelaciones específicas para estos tiempos le llevó a iniciar un segundo ciclo de programas y a trabajar en un nuevo libro.

Este deseo no surge de una ambición personal, sino de una convicción: Dios quiere revelar sus planes a sus hijos, y quienes tienen el Espíritu de Dios deben vivir atentos, con los sentidos espirituales despiertos. Así como Jesús reprendió a quienes sabían discernir el clima pero no los tiempos espirituales, hoy también muchos creyentes ignoran el momento profético que están viviendo.

Revelaciones para quitar los velos del corazón

Uno de los principales énfasis de la predicación es que los velos que cubren nuestra comprensión espiritual deben ser quitados. Muchos creyentes están cegados por pensamientos humanos, prejuicios, mentiras culturales o sentimientos superficiales. Miguel recuerda que no todo lo que sentimos viene de Dios, y que no todas las ideas que suenan espirituales lo son. Se necesita revelación verdadera para discernir lo bueno de lo malo, incluso cuando se trata de aparentes “buenas noticias”.

La revelación del Espíritu es un regalo para aquellos que viven en comunión con Dios. Como dice 1 Corintios 2:10, “Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”. No se trata de conocimientos teológicos adquiridos con títulos, sino de sabiduría espiritual revelada directamente desde el cielo.

Todos podemos profetizar, aunque no todos sean profetas

Miguel Díez deja claro que no se considera profeta como oficio ministerial, pero sí cree firmemente que todos los hijos de Dios pueden y deben profetizar, como enseña 1 Corintios 14. Profetizar no es predecir el futuro como si fuese un oráculo, sino transmitir palabra viva, específica, pertinente y ungida para el momento que se está viviendo. Es hablar bajo inspiración del Espíritu Santo con propósito edificante, exhortativo y consolador.

La revelación no está reservada a unos pocos. Todos podemos tenerla si vivimos en santidad, búsqueda y dependencia del Espíritu Santo.

Revelaciones prácticas: desde la lluvia en Israel hasta la economía del Reino

Uno de los aspectos más impactantes de la predicación es la cantidad de ejemplos prácticos que se relatan. Miguel narra cómo, en medio de un viaje a Israel, recibió una palabra profética sobre la sequía, y oraron para que lloviera. Dios respondió esa oración con una tormenta nocturna específica, tal como había profetizado, dejando asombrados incluso a los más escépticos.

También cuenta cómo Dios les reveló que el tabaco era la “madre de las drogas”, lo cual les llevó a cortar su consumo en los hogares de rehabilitación. Esa decisión, basada en una revelación directa de Dios, trajo una transformación evidente en la vida de muchos internos.

Otro ejemplo importante fue la revelación sobre la economía basada en Mateo 6:33: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas os serán añadidas”. Aplicaron esta verdad en medio de crisis, y vieron cómo Dios proveía fielmente.

Revelaciones sobre los tiempos proféticos y el Apocalipsis

Miguel también exhorta a los pastores y creyentes a no ignorar el libro de Apocalipsis. Recuerda que “Apocalipsis” significa “quitar el velo” y que es una revelación dada por Jesucristo a sus siervos. Él denuncia que muchos líderes evangélicos han dejado de lado este libro, por miedo, ignorancia o por no querer incomodar.

En cambio, dice que es el tiempo de predicar con claridad sobre el anticristo, la agenda global, el ecumenismo falso, la islamización de Europa y los engaños del sistema mundial. El Espíritu de Dios está levantando una generación profética que no se conformará con palabras suaves, sino que hablará con fuego del cielo.

Revelación para la misión, la santidad y la formación de discípulos

La predicación también aborda la necesidad de revelaciones para formar parejas conforme a la voluntad de Dios, criar a los hijos en santidad, enviar misioneros y establecer nuevas obras. La revelación no solo sirve para entender profecías escatológicas, sino también para tomar decisiones prácticas conforme al cielo.

Se mencionan también revelaciones relacionadas con la salud, la pandemia, la persecución, el crecimiento espiritual y las finanzas. En todos estos casos, queda claro que Dios habla, guía, consuela y corrige. Y lo hace con exactitud y poder cuando hay corazones que buscan oír su voz.

¿Quieres ser parte de esta generación profética?

El mensaje final es claro: Dios no busca creyentes pasivos, sino siervos despiertos. Si te sientes débil, pequeño o sin capacidades, recuerda que Dios escogió lo necio del mundo para avergonzar a los sabios. El llamado es a pedir espíritu de sabiduría y de revelación, como dice Efesios 1:17, para conocerle mejor y discernir su voluntad.

No se trata de que todos se conviertan en “profetas con título”, sino de tener un corazón profético, dispuesto a obedecer las revelaciones que Dios nos da para advertir, edificar, consolar y preparar al pueblo para lo que viene.

Conclusión: Dios sigue revelando, pero pocos están escuchando

Este no es tiempo de vivir una fe superficial o basada en emociones. Es tiempo de volver a las Escrituras con un corazón humilde y pedir al Espíritu Santo que nos abra los ojos. Dios quiere darte revelaciones específicas para tu vida personal, tu familia, tu ministerio y tu entorno. Revelaciones que traen vida, dirección, protección y propósito.

Pero para recibirlas, hay que quitar los velos del orgullo, del pecado, de la religiosidad y de la ignorancia espiritual. Hay que tener hambre de Dios. Como dijo el pastor Miguel Díez:

“Cuando Dios te da una perla de revelación, es más glorioso que cualquier descubrimiento científico. Es una gracia divina que transforma todo tu ser”.

Miguel Díez Portada

Miguel Díez es presidente de la ONG Remar en 68 países y fundador de la iglesia Cuerpo de Cristo.

Conocer aquí la biografía de Miguel Díez

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