El Verdadero Sacrificio que Agrada a Dios // Miguel Díez

El Verdadero Sacrificio que Agrada a Dios // Miguel Díez

Solo el sacrificio de Cristo nos da entrada al cielo

La base de toda vida cristiana es el sacrificio de Jesucristo en la cruz. Ninguna obra humana puede igualar ni sustituir lo que Él hizo. El sacrificio de Jesús es completo, perfecto y suficiente para nuestra salvación. Sin embargo, eso no significa que el creyente ya no deba sacrificarse. Al contrario, ahora nuestros sacrificios deben surgir no de la ley o la obligación, sino del amor y la gratitud. Cristo nos abrió el camino al Padre con su sangre, y ese es el único mérito que cuenta para la vida eterna.
📖 Romanos 3:21–26

El sacrificio verdadero nace del amor, no de la religión

Los sacrificios religiosos por tradición o costumbre, sin fe ni amor, no agradan a Dios. El verdadero sacrificio cristiano nace de una relación viva con el Señor. No se trata de repetir rezos o cumplir ritos como en muchas religiones humanas, sino de ofrecer nuestras vidas como ofrenda viva movidos por el amor de Cristo. El amor verdadero siempre está dispuesto a dar, renunciar y sufrir por el bien del otro.
📖 Hebreos 13:15–16

Sacrificarse por egoísmo es en vano

Hay quienes se sacrifican por vanidad, éxito personal, riqueza o placer. Miguel Díez compara esto con artistas, atletas y profesionales que entregan años de esfuerzo sin fruto eterno. Son sacrificios que agradan al mundo o a uno mismo, pero no a Dios. Son esfuerzos sin propósito eterno, que terminan en decepción o en el cementerio. La pregunta es: ¿por qué y para quién me estoy sacrificando? Solo el sacrificio hecho por amor a Dios y al prójimo tiene valor duradero.

Sacrificar por amor es un gozo, no una carga

Cuando el sacrificio se hace desde el amor ágape, no se siente como una carga, sino como una honra. La madre que cuida de su hijo, el esposo que sirve a su esposa, o el creyente que ayuda a los necesitados, son ejemplos de sacrificio gozoso. El amor de Cristo nos capacita para disfrutar incluso en medio del dolor. No se trata de masoquismo, sino de una alegría profunda que viene al ver a otros bendecidos por nuestra entrega.

Somos llamados a ser sacerdotes sacrificadores

Dios no nos llama a vivir vidas cómodas o egoístas, sino a ser como sacerdotes que presentan continuamente sacrificios espirituales agradables a Él. Esto incluye no solo actos visibles, sino también sacrificios invisibles: pensamientos puros, actitudes humildes, dominio propio y obediencia en lo cotidiano.
📖 Salmo 50:5

El sacrificio debe ser completo: cuerpo, alma y espíritu

Presentar nuestros cuerpos como sacrificio vivo implica rendir a Dios nuestros sentidos, emociones, pensamientos, decisiones y hábitos. Significa cuidar del cuerpo como templo del Espíritu Santo, no entregarlo a excesos o pereza. También significa disciplinar la mente, gobernar los deseos y usar nuestras fuerzas para servir.
📖 Romanos 12:1–2

El sacrificio es parte del pacto con Dios

Todo pacto verdadero con Dios implica sacrificio. Así como en un matrimonio ambos se comprometen a amarse y sacrificarse mutuamente, también en el pacto con Cristo somos llamados a negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz cada día y seguirle. No se trata de emociones, sino de decisiones firmes de obediencia y fidelidad. El amor verdadero se prueba en el sacrificio.
📖 Lucas 9:23 (referido)

El sacrificio transforma nuestra vida y a otros

El amor sacrificial tiene poder transformador. Al amar y dar, bendecimos a otros y también somos bendecidos. Nos vaciamos de nosotros mismos para que Dios nos llene de su presencia. Cada acto de amor, cada renuncia, cada oración sincera, cada ayuda al prójimo, son semillas que dan fruto para vida eterna. Nuestro sacrificio puede salvar, sanar y restaurar a muchos cuando lo hacemos en el nombre de Jesús.

Miguel Díez Portada

Miguel Díez es presidente de la ONG Remar en 68 países y fundador de la iglesia Cuerpo de Cristo.

Conocer aquí la biografía de Miguel Díez

Visited 64 times, 1 visit(s) today

Quizás te puede interesar estos videos