Israel, Hamás y el Reloj Profético // Noticias de Actualidad
La situación de los rehenes y la tregua incierta
Vivimos tiempos excepcionales en los que cada día surgen nuevas noticias que afectan a la humanidad y al pueblo de Dios. Uno de los temas más preocupantes es el conflicto entre Israel y Hamás. La tregua pactada ha sido frágil, y el rescate de los rehenes se ha dado con extrema lentitud. D
e los treinta y tres rehenes prometidos en la negociación, apenas se ha liberado a una fracción de ellos. La brutalidad con la que muchos de ellos han sido tratados recuerda pasajes bíblicos como el escarnio que sufrieron Saúl y sus hijos tras su muerte a manos de los filisteos (1 Samuel 31:8-10).
La diferencia en la visión sobre la muerte entre Israel y sus enemigos es notoria. Mientras Israel respeta a sus fallecidos, grupos extremistas utilizan los cadáveres con saña y desprecio, reflejando una visión distorsionada y demoníaca del sufrimiento humano. La maldad humana se ha expresado de formas inimaginables, recordándonos que la batalla espiritual continúa manifestándose en el plano terrenal.
La situación en Gaza: ¿Quiénes son las verdaderas víctimas?
El conflicto en Gaza no solo ha generado miles de muertes en los combatientes de Hamás, sino que también ha afectado a la población civil. Sin embargo, la narrativa internacional ha sido manipulada, exagerando cifras y ocultando la realidad de un pueblo oprimido por su propio liderazgo. Los ciudadanos de Gaza, en su mayoría, son rehenes de un sistema de terror, sin posibilidad de escapar ni de vivir en paz.
Las guerras traen consigo dolor y miseria, siendo los niños y enfermos las principales víctimas. Hamás usa a la población civil como escudos humanos, posicionando sus bases en hospitales y zonas de refugio, lo que obliga a Israel a tomar decisiones difíciles. En este contexto, vemos la repetición de lo que el libro de Daniel menciona sobre reinos que se levantan en contra del pueblo de Dios, pero que al final serán juzgados (Daniel 2:44).
La tragedia en Valencia y la injusticia política
Otro evento que ha causado indignación es la tragedia en Valencia, donde una inundación dejó un saldo de muertes y destrucción. Más allá de las condiciones climáticas, hay sospechas de que la gestión de las autoridades pudo haber sido negligente. Se habla de retrasos en la reacción gubernamental y de decisiones que pudieron haber evitado muertes. La Biblia es clara en condenar la injusticia y la omisión en tiempos de crisis: “El que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17).
Las posibles responsabilidades penales por esta tragedia recuerdan que los gobiernos están llamados a proteger a su pueblo y no a utilizar el poder para su propio beneficio. En tiempos antiguos, Dios castigó a los reyes que oprimieron a sus pueblos y se olvidaron de la justicia, y hoy no es diferente.
El avance del globalismo y el control ideológico
A nivel mundial, vemos cómo el globalismo y los sistemas de control avanzan con fuerza. La manipulación de la información, la censura y la persecución a los valores cristianos son evidentes. Líderes con tendencias totalitarias están asumiendo el poder en varias naciones, mientras que aquellos que se oponen al nuevo orden mundial son atacados y desacreditados.
Este panorama nos recuerda las advertencias de la Biblia sobre el gobierno del Anticristo y la preparación del terreno para su llegada (2 Tesalonicenses 2:3-4). La lucha por la verdad se vuelve más relevante que nunca, y los cristianos debemos estar firmes en nuestra fe y en la proclamación del Evangelio.
Esperanza en medio del caos: El reloj de Dios sigue marcando
A pesar de la oscuridad que rodea el mundo, la esperanza en Cristo permanece inquebrantable. Israel sigue siendo el reloj profético de la humanidad, y la historia se encamina hacia el cumplimiento de las Escrituras. Jerusalén será el escenario final de los acontecimientos decisivos para el mundo, tal como lo predice la Biblia (Zacarías 14:2-4).
Dios está permitiendo un tiempo de transformación donde las tinieblas serán desenmascaradas y muchas almas serán rescatadas. La Iglesia debe estar preparada para un gran avivamiento, en el que el Espíritu Santo obrará con poder. La promesa de Dios es clara: “Si mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, se humilla y ora, y busca mi rostro y se convierte de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7:14).
Conclusión
La situación mundial nos desafía a orar, a mantenernos firmes en la fe y a actuar con valentía. La maldad no prevalecerá, porque Dios es justo y su propósito se cumplirá. Sigamos proclamando la verdad, clamando por justicia y esperando con gozo el regreso del Señor.
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados” (Mateo 5:6).