La Hambruna Que Viene // Profecía Bíblica
Estamos Contigo” con Miguel Díez y Mari Carmen Jiménez
El hambre como juicio y señal profética
En tiempos de guerra y catástrofe, el hambre es inevitable. Es el resultado directo de la destrucción de campos, fábricas, almacenes y toda infraestructura agrícola. Pero más allá de lo visible, el hambre es también una señal profética de los tiempos finales. El hambre es parte del juicio de Dios sobre un mundo que le ha dado la espalda.
“Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares” (Mateo 24:7).
Un clamor en el espíritu: “Hambre, hambre, hambre”
Durante un año, Miguel Díez sintió en su espíritu un solo clamor: “hambre”. El Señor le mostró el crecimiento de esta calamidad como cumplimiento profético. En un sueño, vio al mundo representado como la cabeza de un niño clamando “¡pan y azúcar!”, entendiendo que el hambre física conlleva amargura espiritual. El hambre trae ajenjo, amargura, desesperanza.
“He aquí vienen días, dice Yahveh el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Yahveh” (Amós 8:11).
El verdadero evangelio: dar de comer al hambriento
El evangelio genuino no se manifiesta solo en palabras, sino en hechos. Amar no es un sentimiento, sino una acción. El verdadero cristiano ve la necesidad y actúa.
“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3:18).
“El ojo misericordioso será bendito, porque dio de su pan al indigente” (Proverbios 22:9).
Milagros del dar: el pan vuelve a ti
Una historia conmovedora tuvo lugar en Costa de Marfil. Un misionero de Remar fue salvado por un antiguo prisionero al que había alimentado años antes. Este hombre intercedió por su vida ante una multitud armada.
“Echa tu pan sobre las aguas, porque después de muchos días lo hallarás” (Eclesiastés 11:1).
“Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35).
Provisión divina en tiempos de escasez
Dios nunca desampara a sus hijos. Como alimentó al pueblo de Israel en el desierto, así lo hará con su iglesia fiel en medio de la hambruna venidera.
“Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná… para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Yahveh vivirá el hombre” (Deuteronomio 8:3).
Multiplicación de los panes: el modelo de Jesús
Jesús nos da el ejemplo de cómo responder al hambre: con compasión y acción. Él multiplicó panes y peces para alimentar a las multitudes.
“Entonces tomó los cinco panes y los dos peces… y comieron todos y se saciaron” (Marcos 6:41-42).
El fracaso de los sistemas humanos
Las promesas del nuevo orden mundial para acabar con el hambre han fracasado una y otra vez. La Agenda 2030 ha sido prorrogada a 2040, mientras la miseria y la hambruna aumentan.
“Hay quien todo el día codicia; pero el justo da, y no detiene su mano” (Proverbios 21:26).
Hambrunas profetizadas y repetidas
Las Escrituras revelan ciclos de juicio, como los siete años de hambre en Egipto y en tiempos del profeta Eliseo. Dios llama al hambre como instrumento de corrección.
“Y habló Eliseo… porque Yahveh ha llamado el hambre, la cual vendrá sobre la tierra por siete años” (2 Reyes 8:1).
Provisión sobrenatural en medio de la necesidad
Dios no solo juzga, también provee. Así como Elías fue alimentado por cuervos y como una viuda en Sarepta vio multiplicarse la harina y el aceite, Dios cuida de los suyos.
“Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana y por la tarde” (1 Reyes 17:6).
“La harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó” (1 Reyes 17:16).
La iglesia, encargada de dar de comer
La responsabilidad no recae en los gobiernos ni en las organizaciones internacionales, sino en la iglesia de Jesucristo. Somos nosotros los llamados a dar respuesta al hambre espiritual y física.
“Dadles vosotros de comer” (Marcos 6:37).
“No es que partas tu pan con el hambriento… entonces nacerá tu luz como el alba” (Isaías 58:7-8).
El pan verdadero es Cristo
Jesús se presenta como el pan de vida. Alimentar a los demás con su palabra es nuestra más alta misión.
“Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre” (Juan 6:35).
¿Serás tú uno de esos bueyes que labran y alimentan?
“Sin bueyes el granero está vacío; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan” (Proverbios 14:4).
Dios busca siervos fieles que no solo prediquen, sino que den de comer. Si tú deseas ser parte de esta obra, si anhelas ser un panadero del cielo, un alimentador de cuerpos y almas, este es tu llamado. Como dijo el profeta Isaías:
“Heme aquí, envíame a mí” (Isaías 6:8).
¿Te unirás a esta misión?
Solidaria TV y Remar están contigo. El evangelio se predica también con pan, con aceite, con amor en acción. Es tiempo de ser iglesia de verdad.
Miguel Díez es presidente de la ONG Remar en 68 países y fundador de la iglesia Cuerpo de Cristo.