Los Misterios de Armagedón // Palabras Proféticas
Introducción al Armagedón
El capítulo 70 de Palabras Proféticas se titula «Armagedón» y forma parte de una serie de capítulos proféticos que buscan entender las enseñanzas de Dios y responder a las preguntas que surgen al recibir sus enseñanzas. Los alumnos de Cristo, guiados por el maestro Dios omnisciente, tienen muchas preguntas al recibir estas revelaciones, y es fundamental buscar respuestas directas del Creador para comprender las profecías, incluyendo la manifestación de la sexta copa de la ira santa de Dios.
La sexta copa de la ira de Dios
La sexta copa de la ira santa de Dios incluye el secado del río Éufrates, un evento que despierta interés y revelación entre los creyentes. Se plantea la pregunta de cómo el Creador lo realizará: ¿será a través de rayos de una gigantesca tormenta o mediante un terremoto? Un posible escenario sería que un seísmo abra una brecha profunda en el cauce del río, deteniendo sus aguas, como podría suceder en la falla de Anatolia Oriental.
La falla de Anatolia Oriental y sus implicaciones
La falla de Anatolia Oriental es una zona tectónica de triple unión llamada de Maras, que se conecta con la falla del Mar Muerto. Esto podría generar grandes destrucciones, como se observó en el seísmo del 6 de febrero de 2023 en Turquía. Sin embargo, el omnipotente Dios podría secar el río Éufrates de un soplo, simplemente con Su voluntad, derramando la última copa de Su ira santa, al igual que lo hizo durante la última plaga de Egipto.
Paralelismos con la última plaga de Egipto
La Biblia muestra que en Éxodo 11:4-7 y 12:29, Yahvé hizo diferencia entre los egipcios y los israelitas, protegiendo a Su pueblo mediante la primera Pascua. Todo primogénito en Egipto, desde el hombre hasta los animales, fue alcanzado por Su juicio. Este patrón de intervención directa de Dios se repite como un paralelo profético con la venida de Jesucristo y la derramación de la séptima copa sobre el mundo de Satanás.
La venida de Jesucristo y el séptimo ángel
Apocalipsis 10 describe a un ángel fuerte que desciende del cielo con un librito abierto, colocando un pie sobre el mar y otro sobre la tierra, clamando con voz potente. Este ángel anuncia que, en los días de la voz del séptimo ángel, el misterio de Dios se consumará, revelando la culminación del plan divino y la intervención final de Jesucristo en la historia humana.
El reino milenial de Cristo
La verdadera segunda venida de Cristo ocurrirá después de la primera resurrección, el arrebatamiento y la celebración de Su boda con la Iglesia. Posteriormente, vendrá acompañado de Sus ángeles y redimidos para realizar la batalla definitiva de Armagedón. Tras esta confrontación, el reino milenial de Cristo se establecerá desde Jerusalén, y todos los reinos del mundo y del cielo se someterán al dominio absoluto de Jesucristo, como lo confirma Apocalipsis 11:15.
La batalla de Armagedón y el triunfo de Cristo
Antes de instaurar Su reino milenial, Dios permitirá que los últimos enemigos, incluyendo al anticristo y su falso profeta, sean convocados por espíritus inmundos que actúan como tres ranas, conduciendo a los gobernantes del mundo al valle de Jezel para atacar a Israel. Sin embargo, Jesucristo ejecutará la aniquilación de todos los ejércitos reunidos, cumpliendo lo profetizado en Apocalipsis 16:13-16.
El cumplimiento del juicio divino
Al derramar la séptima copa de Su ira, una gran voz desde el templo del cielo proclama: «Hecho está». Este acto refleja el consumado triunfo de Cristo, similar a Su declaración en la cruz: «Consumado es». Significa la victoria definitiva sobre el pecado, Satanás, el mundo y la muerte, reafirmando que Dios cumple Sus promesas y Su juicio se realiza de manera plena.
La misión de proclamar las profecías
Miguel Díez enfatiza la importancia de perseverar en la proclamación de las revelaciones proféticas. La difusión de estas palabras no solo informa, sino que también da oportunidad a muchos para arrepentirse y recibir salvación. La profecía debe ser esparcida como una trompeta de Dios, para que los que tengan oídos espirituales escuchen y comprendan los misterios del Armagedón.
