Natán y David: No ocultes tus pecados | Personajes Bíblicos
El pecado de David
- El profeta Natán amonestó al rey David por sus pecados con Betsabé y Urías.
- David no reconoció su pecado ante Dios y tuvo que ser confrontado por el profeta.
- David menospreció las bendiciones de Dios al tomar la mujer de Urías, a pesar de todo lo que Dios le había dado.
- Se comete el error de pensar que se puede hacer cosas en secreto y Dios no dirá nada, pero Dios ve todo y no se puede engañar a Dios.
- Dios ve todos nuestros pecados, incluso los que hacemos en secreto.
- No podemos burlarnos de Dios, porque todo lo que sembramos, eso también cosecharemos.
- Es mejor humillarnos ante Dios y arrepentirnos de nuestros pecados, que esperar a que Él los exponga delante de todos.
- Si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad.
Consecuencias del pecado
- El pecado de David tuvo consecuencias graves, pero Dios lo confrontó y lo restauró.
- Todo lo oculto tarde o temprano sale a la luz, y nuestros pecados pueden dañar nuestro testimonio y afectar al cristianismo en general.
- Debemos tener cuidado de no ensuciar con nuestros pecados las aguas del Evangelio, porque hay muchas personas que no se acercan al Señor por nuestro mal testimonio.
- Si no levantamos al que ha caído, podemos ser piedra de tropiezo para su vida y esa persona se puede perder la salvación.
- El mal testimonio de los cristianos aleja a las personas de Dios.
Restauración
- Dios quería restaurar a David, pero David tenía que reconocer su condición de pecador.
- Los cristianos deben confrontar el pecado, pero sobre todo deben restaurar a la persona que ha caído.
- Cuando no se restaura a la persona que ha caído, esta se aleja más de Dios.
- Los cristianos deben enfocarse en restaurar a los hermanos que caen en lugar de juzgarlos y condenarlos.
El camino de bendición y el camino de maldición
- Dios ofrece a las personas dos caminos: el camino de bendición y el camino de maldición, y las personas deben elegir el camino de bendición.
- El pecado es un camino de maldad que lleva a la disciplina y exhortación del Señor.
- La disciplina y la exhortación duelen porque avergüenzan.
Conclusión
- Dios perdona y limpia a los que pecan, pero llegan las consecuencias del pecado.
- Después de pecar, uno debe volver a la presencia de Dios para encontrar el perdón.
- Dios quiere lo mejor para nuestras vidas y desea que nos humillemos, le busquemos de corazón y nos arrepintamos.
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