Verdadera Fe – Retiro Nehemías
Predicación en el retiro de Nehemías 2024 con el lema: Renovación.
La poda espiritual y el crecimiento en Cristo
Al igual que los árboles frutales que son podados para dar más fruto, los creyentes necesitan someterse al proceso de “poda” espiritual por Cristo. Este proceso de refinamiento nos permite despojarnos de actitudes, pecados y obstáculos que impiden nuestro crecimiento espiritual. Dos de los frutos más esenciales que este proceso produce son la fe y el amor. Sin ellos, el crecimiento en Cristo no puede darse de manera plena, pues son la base para toda transformación espiritual.
Fe: el pilar de la calidad de vida
La verdadera calidad de vida no depende de las posesiones materiales o logros personales, sino que se fundamenta en Cristo. Una fe débil impide a los creyentes enfrentar los desafíos de la vida, superar aflicciones, combatir influencias espirituales negativas e incluso gestionar relaciones en el hogar y el matrimonio. La fe es como un “cordón umbilical” que une al creyente con Dios, y a través de ella, recibimos el “oxígeno” espiritual necesario para vivir una vida plena y significativa.
Fe personal e intransferible
Cada persona es responsable de desarrollar su propia fe. No podemos depender de la fe de nuestros pastores, familiares o amigos para sostener nuestra relación con Dios. La fe es individual y personal, como lo ilustra la parábola de las diez vírgenes, donde las que estaban preparadas no podían compartir su aceite con las demás. Al igual que en esa parábola, nuestra fe no es algo que se pueda transferir o delegar, sino que debe cultivarse personalmente.
Falsas creencias: la fe en ídolos y riquezas
Una gran cantidad de personas pone su confianza en el dinero, la política o en otras personas, en lugar de confiar completamente en Dios. Este tipo de fe es ilusoria y nos aparta de la verdadera libertad que solo se encuentra en Cristo. Jesús nos llama a renunciar a todo lo que pueda convertirse en un ídolo, para vivir plenamente en la fe y depender totalmente de Dios, sin dejar que las riquezas o las influencias terrenales tomen su lugar en nuestra vida.
La fe verdadera como fruto del Espíritu Santo
La verdadera fe, conocida en hebreo como “emuná”, es tanto un don como un fruto del Espíritu Santo. Esta fe va más allá del conocimiento intelectual o las creencias culturales; es una confianza total en Dios, incluso sin evidencia visible. Hebreos 11:1 describe la fe como “la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve”. Este tipo de fe es la que sostiene al creyente en medio de la incertidumbre y le permite confiar plenamente en las promesas de Dios.
Ejemplos de fe en la historia bíblica: Abraham
Uno de los mayores ejemplos de fe en la Biblia es Abraham, quien confió plenamente en las promesas de Dios, a pesar de que las circunstancias parecían imposibles. A pesar de su avanzada edad y la esterilidad de su esposa, Abraham creyó que tendría descendencia, demostrando que la verdadera fe no vacila ni se debilita con el tiempo, sino que se fortalece al confiar en Dios. Su ejemplo nos enseña a confiar en Dios más allá de lo que podemos ver o entender.
Fe en acción: ministerios y conquistas por la fe
La fe no es solo una creencia pasiva, sino que se expresa a través de acciones concretas. Un ejemplo de esto es el ministerio de Remar, que a lo largo de los años ha crecido y expandido su labor humanitaria y espiritual, gracias a la fe activa de sus líderes y colaboradores. Este tipo de fe lleva a los creyentes a cumplir con el propósito de Dios, no solo en sus vidas personales, sino también en sus comunidades y en el mundo, extendiendo el Reino de Dios a través del servicio y el amor.
La fe como fuente de poder y paz
La fe verdadera proporciona una paz interior que el mundo no puede ofrecer. Es una fuerza infalible que nos sostiene en medio de las dificultades y nos permite vivir con confianza, sabiendo que Dios nunca falla. La fe en Cristo es la base de una vida plena, libre y segura. San Agustín lo expresó claramente cuando dijo: “El premio de creer lo que no vemos es ver lo que creemos”. Esta fe, aunque invisible, se manifiesta en cada aspecto de la vida del creyente, otorgando poder, paz y propósito.
Miguel Díez es presidente de la ONG Remar Internacional y pastor principal de iglesia Cuerpo de Cristo en 72 países. También autor de varios libros proféticos.
Presidente de la ONG Remar Internacional y la iglesia Cuerpo de Cristo.