Cuando Dios Nos Sorprende: Lecciones de José en Egipto
Cuando Dios Nos Sorprende: Lecciones de José en Egipto
En este programa, Miguel Díez y su esposa, Mari Carmen Jiménez, nos invitan a reflexionar sobre las sorpresas de Dios y cómo Su plan se manifiesta en nuestras vidas. Nos sumergimos en la historia de José, un joven hebreo que pasó de ser vendido como esclavo a gobernante de Egipto.
Dios es Soberano y Sorprendente
Dios es predecible en cuanto al cumplimiento de Sus promesas, pero al mismo tiempo, nos sorprende en Su manera de obrar. Él utiliza las circunstancias, incluso las más difíciles, para formar el carácter de Sus escogidos. Así lo vemos en la historia de José, quien, sin comprender plenamente los planes de Dios, fue llevado de sorpresa en sorpresa.
José y sus Sueños Proféticos
José, hijo de Jacob, tuvo sueños proféticos que anunciaban su futuro liderazgo. En uno de ellos, vio el sol, la luna y once estrellas inclinándose ante él. Esto despertó celos en sus hermanos, quienes, movidos por la envidia, decidieron venderlo como esclavo. “Vinieron los hijos de Israel a comprar entre los que venían, porque había hambre en la tierra de Canaán, y José era el señor de la tierra quien le vendía a todo el pueblo de la tierra” (Génesis 42:5-6).
De la Prisión al Palacio
La vida de José estuvo marcada por pruebas y traiciones. En Egipto, fue comprado por Potifar y prosperó gracias a la bendición de Dios. Sin embargo, la esposa de Potifar lo acusó falsamente y terminó en la cárcel. Aun en prisión, José se ganó la confianza del carcelero y su don de interpretar sueños lo llevó ante el faraón. “El faraón tiene sueños que no sabe interpretar… José los interpreta claramente como profecías de siete años de abundancia y siete años de escasez” (Génesis 41:14-32). Gracias a su sabiduría, fue puesto como administrador de Egipto.
El Encuentro con sus Hermanos
Los hermanos de José, hambrientos por la crisis en Canaán, llegaron a Egipto en busca de alimento. Sin reconocerlo, se inclinaron ante él, cumpliendo así su antiguo sueño. José los probó, reteniendo a Simeón y exigiendo que trajeran a Benjamín. Finalmente, cuando vio a su hermano menor, no pudo contenerse más: “Yo soy José, vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis ni os pese de haberme vendido acá, porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros” (Génesis 45:4-5).
Reflexión Final: Dios nos Sorprende para Bien
Las sorpresas de Dios a menudo llegan en medio de la dificultad. José sufrió injusticias, pero cada prueba lo acercó al cumplimiento del propósito divino. Así también en nuestras vidas, Dios nos permite atravesar momentos de incertidumbre para formarnos y llevarnos a Su voluntad perfecta. Como dice el Salmo: “Tema a Yahveh toda la tierra, teman delante de Él todos los habitantes del mundo, porque Él dijo y fue hecho, Él mandó y existió” (Salmo 33:8-9).
Dios nos sorprende para bien. Que cada uno de nosotros pueda decir con fe: “Señor, sorpréndenos todo lo que quieras, porque tus sorpresas son para bendición”.
Miguel Díez es director de la ONG Remar y fundador de la iglesia Cuerpo de Cristo con obra e iglesias en 72 países.