Dios quiere abrir tus ojos – Charles Spurgeon (Audio y Texto)
La Importancia de la Visión Espiritual.
En esta predicación de Charles Spurgeon basada en el pasaje bíblico de Génesis 21:19, encontramos un poderoso mensaje sobre la visión espiritual y la providencia divina. Spurgeon reflexiona sobre el momento en que Dios abrió los ojos de Agar, la sierva de Sara, para que pudiera ver una fuente de agua que ya existía pero que ella, en su desesperación, no había podido encontrar.
Este simple acto de apertura de ojos no solo salvó la vida de Agar y su hijo Ismael, sino que también nos ofrece lecciones profundas sobre la manera en que Dios obra en nuestras vidas.
La Providencia Divina en los Detalles Pequeños
Spurgeon destaca que la fuente de agua no fue creada en ese momento; ya estaba allí. Lo que cambió fue la capacidad de Agar para verla. Este punto subraya una verdad esencial: Dios está constantemente obrando a nuestro alrededor, incluso en los detalles más pequeños.
A veces, en nuestras luchas diarias, no podemos ver las soluciones o las bendiciones que Dios ha dispuesto para nosotros. Como Agar, podemos estar cegados por el miedo, la duda o el dolor. Sin embargo, Dios, en su infinita misericordia, abre nuestros ojos para que veamos lo que siempre ha estado allí, mostrándonos su provisión y cuidado.
Spurgeon nos recuerda que el mismo Dios que dividió el Mar Rojo y detuvo el río Jordán es el que abre los ojos de una mujer necesitada. Esta comparación nos enseña que no hay detalle demasiado pequeño para Dios.
Desde la vastedad del universo hasta el cabello en nuestras cabezas, todo está bajo su cuidado. Este principio también se refleja en la historia de Jonás, donde Dios no solo preparó un gran pez para salvar al profeta, sino también un pequeño gusano para destruir la calabacera que lo protegía del sol. Ambos actos, aunque en escalas diferentes, muestran el poder de Dios en lo grande y lo pequeño.
La Analogía de la Visión Física y Espiritual
Spurgeon utiliza la analogía de la visión física para ilustrar la importancia de la visión espiritual. Así como los instrumentos ópticos como el telescopio y el microscopio han revelado la inmensidad y la complejidad del universo, la apertura de nuestros ojos espirituales nos permite ver la grandeza de Dios en nuestra vida.
El telescopio nos muestra la vastedad del cosmos, llevándonos a una mayor reverencia hacia el Creador, mientras que el microscopio revela la belleza y complejidad en lo más pequeño, recordándonos que la mano de Dios está presente en cada detalle.
Esta comparación nos lleva a reflexionar sobre cómo nuestra percepción de la realidad puede cambiar radicalmente cuando Dios nos concede la visión espiritual.
Lo que antes era oscuro o incomprensible se vuelve claro y hermoso cuando nuestros ojos son abiertos por la gracia divina. La creación de Dios, tanto en lo vasto como en lo diminuto, refleja su gloria y nos invita a adorarle.
La Providencia Divina y la Visión del Futuro
Spurgeon también aborda la cuestión de la providencia divina y cómo la apertura de nuestros ojos espirituales nos permitiría ver nuestras vidas pasadas y futuras desde una nueva perspectiva. A menudo, las circunstancias dolorosas y las tragedias de la vida nos hacen cuestionar el propósito de Dios.
Sin embargo, si pudiéramos ver cómo nuestras vidas hubieran sido diferentes si las cosas hubieran sucedido de otra manera, probablemente agradeceríamos a Dios por su sabiduría y cuidado en guiarnos a través de esos momentos difíciles.
Spurgeon ilustra esto con la historia de alguien que lamenta la pérdida de su hijo, pero luego sueña con la vida difícil que su hijo hubiera llevado de haber vivido. Al despertar, esta persona agradece a Dios por haberlo librado de ese dolor.
Esta historia nos recuerda que la providencia divina, aunque a menudo incomprensible, siempre obra para nuestro bien. Aunque no podemos ver el futuro, podemos confiar en que Dios está obrando todas las cosas para bien en la vida de aquellos que le aman.
La Necesidad de la Apertura Espiritual
Una de las enseñanzas clave de esta predicación es la necesidad de que Dios abra nuestros ojos para que podamos ver la realidad espiritual. Spurgeon enfatiza que, al igual que Agar, muchos de nosotros estamos espiritualmente ciegos a las bendiciones y la salvación que están al alcance de nuestra mano.
La fe en Jesucristo, aunque es una verdad sencilla, solo se entiende plenamente cuando Dios ilumina nuestros corazones y mentes.
El orgullo, la incredulidad y el dolor pueden ser obstáculos que nos impiden ver la verdad de Dios. El orgullo, en particular, es un gran generador de oscuridad, ya que nos lleva a confiar en nuestras propias fuerzas y buenas obras en lugar de depender de Cristo para la salvación. Spurgeon nos exhorta a dejar de lado nuestro orgullo y a permitir que el Evangelio nos libere de la oscuridad del “yo”.
La Protección Divina y la Presencia de los Ángeles
Spurgeon también nos recuerda que la apertura de nuestros ojos espirituales nos permitiría ver la protección divina que nos rodea. Los ángeles, enviados por Dios, están constantemente a nuestro alrededor, protegiéndonos y guiándonos en nuestro camino.
Esta verdad, aunque invisible a nuestros ojos físicos, es una realidad espiritual que nos da consuelo y seguridad en los momentos de incertidumbre y peligro.
La Visión de la Presencia de Jesús
Para los creyentes, la visión espiritual también incluye la capacidad de ver la presencia de Jesús en la comunión y en la vida diaria.
Spurgeon anima a los creyentes a buscar una visión más profunda de Cristo, reconociendo su presencia en los sacramentos y en las experiencias cotidianas de la vida cristiana. Esta visión no solo nos fortalece en nuestra fe, sino que también nos prepara para la gloria celestial que nos espera.
Conclusión: La Esperanza de la Gloria Celestial
Finalmente, Spurgeon cierra su mensaje con una reflexión sobre la cercanía de la muerte y la gloria celestial. Nos recuerda que, aunque nuestras vidas están llenas de pruebas y dificultades, Dios ha preparado un lugar de descanso y felicidad eterna para aquellos que le aman.
La apertura de nuestros ojos espirituales no solo nos permite ver las bendiciones presentes, sino también anticipar la gloria futura que nos espera en Cristo.
En resumen, la predicación de Charles Spurgeon sobre la importancia de la visión espiritual nos desafía a pedir a Dios que abra nuestros ojos para ver su mano obrando en cada detalle de nuestras vidas.
Nos invita a confiar en su providencia, a dejar de lado el orgullo y la incredulidad, y a vivir con la esperanza de la gloria eterna que nos espera en Cristo. Que nuestros ojos sean abiertos para ver la fuente de agua viva que es Cristo, y que nuestras vidas sean transformadas por la visión de su amor y gracia.