El Misterio de la Profecía: ¿El Arrebatamiento de la iglesia?
Por Miguel Díez – Programa 62 de «Palabras Proféticas»
En este impactante capítulo 62 del programa Palabras Proféticas, el pastor Miguel Díez nos lleva a reflexionar sobre un tema fundamental y a menudo malinterpretado: el misterio de la profecía. Un misterio que, como todo lo sobrenatural de Dios, escapa al entendimiento humano y solo puede ser recibido por la «locura santa de la fe».
Un anhelo distorsionado por el maligno
Desde el principio, Dios colocó en el corazón del hombre un profundo deseo de conocer el futuro. Pero este anhelo, en lugar de acercar a muchos a la verdad, ha sido explotado por el enemigo para desviar a las almas hacia las tinieblas: hechicerías, quiromancia, tarot y toda clase de adivinaciones. Así, el mundo entroniza a la «suerte» y la «casualidad», mientras los verdaderos misterios permanecen ocultos para quienes no han nacido de nuevo.
La Escritura es clara: “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria…” (1 Corintios 2:7). Las verdaderas revelaciones proféticas son un privilegio reservado a los siervos del Señor.
El Arrebatamiento de la Iglesia: ¿Antes o Después de la Tribulación?
El tema del arrebatamiento ha dividido durante años a teólogos y creyentes sinceros. Algunos enseñan que la Iglesia será arrebatada antes de la gran tribulación, evitando así los tiempos difíciles. Pero Miguel Díez, con base en la Palabra, expone que esta enseñanza es parte de un “evangelio barato” que niega la purificación necesaria de la Iglesia.
“El Señor ha de presentársela a sí mismo sin mancha ni arruga… ¿cómo impedirle al Señor que utilice la vara, la disciplina e incluso el castigo para purificar a su Iglesia?”
(Efesios 5:27)
Así como Noé no fue sacado del mundo antes del diluvio, sino preservado dentro del arca, así también será la Iglesia: guardada, pero presente durante los juicios finales. El arrebatamiento ocurrirá, sí, pero después de la tribulación.
La Gran Tribulación: El Fuego que Purifica a la Iglesia
Lejos de ser un castigo evitable, la gran tribulación es el proceso de refinamiento que Dios usará para preparar a su Iglesia. Jesús advirtió que “por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12), y eso está sucediendo hoy.
Miguel Díez afirma con claridad:
“La Iglesia del final de los tiempos tendrá que enfrentarse con el último Anticristo… será perseguida, sufrirá tribulación e incluso el martirio de algunos.”
Este tiempo será el más difícil jamás vivido, pero también el más glorioso para aquellos que perseveren en la fe. La gran tribulación servirá como el horno que limpia, purifica y santifica a los verdaderos discípulos de Cristo.
Las Copas de la Ira: Juicio para el Mundo, Refugio para los Santos
Una vez pasada la gran tribulación, vendrán los juicios directos de Dios sobre el sistema satánico final: las copas de la ira. Estas no están destinadas a la Iglesia, sino al mundo rebelde, a los que han recibido la marca del Anticristo.
“Estará durante las copas de la ira, pero no para sufrirlas… estará refugiada, protegida… estas copas son para quebrantamiento del sistema satánico final.”
Al igual que Israel en Egipto fue protegido durante las plagas, así también la Iglesia será preservada en medio de los juicios. Dios hace distinción entre los suyos y los del mundo. Las copas de la ira no son para los santos, sino para los impíos.
¿Cuándo será la venida del Señor?
Una de las discusiones más intensas dentro del cuerpo de Cristo gira en torno a la venida de Jesús. Miguel Díez denuncia la falsa seguridad que promete un escape total del sufrimiento. Pero la Escritura dice claramente que antes de la venida gloriosa de Cristo, el Anticristo será revelado (2 Tesalonicenses 2:1-12), y vendrá gran engaño, apostasía y persecución.
Jesús mismo lo dijo: “Después de la tribulación… verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:29–30). El arrebatamiento y la venida de Cristo no serán antes de los juicios, sino después.
¿Seremos hallados fieles?
La pregunta clave es: ¿Qué hará el Señor con nosotros si nos encuentra aquí cuando regrese? Jesús responde en Mateo 24:46: “Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.” ¿Y qué es lo que debe estar haciendo? Sirviendo a Dios con celo, amor, obras de misericordia, y siendo verdadero templo del Espíritu Santo.
No bastará con una religiosidad de domingo. Solo aquellos consagrados totalmente al Señor, enamorados de Cristo, serán llamados “benditos de mi Padre” (Mateo 25:34). Aquellos que han dado de comer al hambriento, que han visitado al enfermo, que han amado de verdad.
¡Maranata! Jesús viene pronto
Hoy, más que nunca, las señales proféticas anuncian la inminente venida del Señor. El llamado es claro: seamos como las vírgenes prudentes, con nuestras lámparas llenas de aceite, esperando con amor y fidelidad al esposo.
Como lo proclama Santiago 5:8: “Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones, porque la venida del Señor se acerca.”
Maranata. ¡Jesús viene pronto!
Miguel Díez es presidente de la ONG Remar en 68 países y fundador de la iglesia Cuerpo de Cristo.