¿Estás Preparado para el Juicio Final? // Ramón Ubillos
Introducción
Vivimos en una era en la que hablar del juicio, de la eternidad o de la puerta estrecha no es popular. Preferimos los mensajes que nos hacen sentir bien, que nos hablan de bendiciones, prosperidad y éxito.
Pero Jesús, en su camino hacia Jerusalén, no rehuía los temas difíciles. Al contrario, los abordaba con amor, verdad y urgencia. Uno de esos momentos está registrado en Lucas 13:22-29, cuando alguien le pregunta: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?” La respuesta de Jesús no apunta a la cantidad, sino a la decisión personal: “Esforzaos a entrar por la puerta angosta”.
A partir de este pasaje, el pastor Ramón Ubillos nos lleva a reflexionar profundamente sobre la realidad del juicio, la necesidad de vivir preparados y la importancia de tener un encuentro personal con Dios cada día. Esta enseñanza no es para alarmarte, sino para despertarte. Porque aún estamos a tiempo. Hoy es un día de gracia. Hoy puedes decidir qué camino tomar.
¿Muchos o pocos se salvan?
La pregunta no es cuántos, sino si tú estás entre ellos
Cuando Jesús fue preguntado sobre cuántos serían salvos, no dio cifras ni estimaciones. Lo que respondió fue: “Esforzaos a entrar por la puerta angosta”. La salvación no es un asunto colectivo; es profundamente personal. La pregunta no es si son muchos o pocos, sino: ¿vas a estar tú allí?
Vivimos rodeados de religiosidad, tradiciones y apariencias, pero Jesús dejó claro que no basta con haber comido con Él o haberle oído predicar. Él dirá a muchos: “No sé de dónde sois. Apartaos de mí, hacedores de maldad”. ¿Por qué? Porque no es cuestión de conocerle de oídas, sino de caminar con Él en obediencia y fe.
Hoy es tiempo de gracia. Mañana podría ser tarde
Hay una puerta que, un día, se cerrará. Jesús lo advirtió claramente: muchos querrán entrar, pero será demasiado tarde. Hoy puedes tomar la decisión de vivir una vida limpia delante de Dios, no basada en tus obras, sino en la obra de Cristo en la cruz.
No sabemos si mañana estaremos vivos. Cada día es una oportunidad, un regalo de Dios, para acercarnos a Él, para poner nuestras cuentas en orden, para vivir preparados. No se trata de que alguien te juzgue, sino de que tú mismo examines tu corazón delante del Señor.
¿Eres hacedor de maldad? Entonces necesitas gracia, no justificación personal
Jesús fue claro: “No hay bueno, sino solo Dios”. Todos, por naturaleza, somos hacedores de maldad. Pero gracias a Jesús podemos ser restaurados, salvados y transformados. El camino angosto no es popular ni fácil, pero es el único que lleva a la vida. El otro camino, el ancho, es cómodo, tolerante, amplio… pero termina en la perdición.
No solo se trata de salvación futura, sino de disfrutar la vida ahora
Caminar con Dios no es solo una garantía para el más allá; es una bendición en el presente. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Quien camina con Él puede disfrutar incluso en medio de las tormentas. No es la ausencia de dificultades lo que define la abundancia, sino la presencia de Dios en medio de ellas.
Muchas personas se quejan de tener una vida miserable, amarga, llena de luchas. Pero eso no siempre se debe a las circunstancias externas, sino a las decisiones internas. Hay quienes, aun teniendo poco, disfrutan de cada momento, y hay otros que, aunque lo tienen todo, viven frustrados. El secreto está en el camino que eligen: ¿vida o perdición?
Después de la muerte, el juicio. Pero tú puedes arreglar tus cuentas hoy
Hebreos 9:27 declara: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”. No es ficción ni metáfora. Todos compareceremos ante Dios. Pero hoy puedes presentarte delante de Él con confianza, sin vergüenza, si ya estás caminando con Él, si ya le conoces, si ya has sido limpiado por su sangre.
Adán y Eva, cuando pecaron, intentaron esconderse. Pero ¿de qué sirve esconderse de un Dios que todo lo ve? Mejor presentarse hoy, que ser expuesto mañana. Hoy puedes decirle: “Señor, soy un desastre, pero quiero arreglar mis cuentas contigo”.
Dios quiere evaluación continua, no examen final
Muchos viven su vida como si fuera a haber un solo examen al final. Pero Dios quiere una evaluación diaria, constante, sincera. En 2 Timoteo 2:15, Pablo le dice a Timoteo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado”. No es para impresionar a los demás, sino para caminar en verdad con Dios.
Cuando evaluamos continuamente nuestra relación con Dios, evitamos grandes caídas. La gracia nos guarda antes de tropezar; la misericordia nos levanta después. Pero siempre es mejor no caer. Por eso, la evaluación diaria es un regalo, no una carga.
No te conformes con una experiencia puntual. Jesús quiere una relación diaria contigo
Hay quienes recuerdan un encuentro con Dios… ¡de hace 20 años! Pero si no tienes un encuentro diario con el Señor, tu fe se vuelve un recuerdo borroso, idealizado. La vida cristiana es caminar con Jesús hoy, cada día, a cada paso.
Jesús no es un salvavidas de emergencia. Es el compañero de viaje. El que te guía, el que te sostiene, el que te transforma. No es suficiente haber recibido una bendición en el pasado; lo que Él quiere es que permanezcas en Él hoy.
¿Cómo te presentas ante Dios? ¿Aprobado o reprobado?
Cuando llegue el día final, ¿cuál será tu nota? ¿Aprobado o reprobado? La diferencia no la hacen tus obras, sino tu relación con Cristo. ¿Le conoces? ¿Caminas con Él? ¿O simplemente usas su nombre cuando lo necesitas?
Recuerda: muchos siguieron a Jesús por conveniencia —por sanidad, pan, milagros—, pero lo abandonaron cuando les pidió compromiso. Solo los verdaderos discípulos permanecieron.
Dios no quiere que nadie se pierda, pero no todos querrán caminar con Él
El deseo de Dios es claro: “No quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). Pero no todos están dispuestos a renunciar al camino ancho. Muchos se conforman con lo superficial, con lo externo, con las emociones. Pero la verdadera vida está en Cristo, y solo en Él hay salvación.
Conclusión: Hoy puedes tener un encuentro real con Dios
Quizás has ido a muchos cultos, has escuchado muchas predicaciones, pero nunca has tenido un encuentro personal real con Jesús. Hoy es el día. Hoy puedes decirle: “Señor, aquí estoy. No quiero esconderme más. Quiero caminar contigo”.
Como dijo Ramón Ubillos: “Si no lo tienes, yo te invito a que hoy lo puedas pedir”. Levántate, ora, busca, clama… Dios será hallado por los que le buscan de todo corazón.
“Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados” (1 Juan 2:28).
No vivas avergonzado. Vive preparado. Vive en paz. Vive en Cristo.