Llenadoras de Vasijas // Retiro de Mujeres – Miguel Díez
2ª predicación de Miguel Díez en el retiro de mujeres Esther en Toledo/España con el lema “Mujeres Evangelizadoras” Septiembre 2024.
La Importancia de Ser “Cocineras del Verbo”
En su caminar diario, las hijas de Dios son llamadas a ser “cocineras del Verbo”, aquellas que no solo conocen la Palabra, sino que también la reflexionan, meditan, oran y “comen” antes de compartirla con los demás. Este concepto ilustra la importancia de transmitir la verdad de Dios de manera cuidadosa, preparada y con un corazón lleno de su presencia.
El “Aceite del Cielo” y el Fruto del Espíritu
El “aceite del cielo” simboliza los frutos del Espíritu Santo, tales como el amor, el gozo, la paz y la sanidad. Este aceite es esencial para satisfacer las almas y brindar alivio espiritual. Al compartir este aceite con otros, se da testimonio de la obra de Dios en la vida personal y se extiende su gracia a quienes más lo necesitan. Como dice Gálatas 5:22-23: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza”.
La Historia de Apolos y el Bautismo del Espíritu Santo
En el libro de los Hechos, se relata la historia de Apolos, un hombre elocuente y conocedor de las Escrituras, pero que solo conocía el bautismo de Juan. Priscila y Aquila lo instruyeron en el camino de Dios, y fue a través de ellos que Apolos recibió el bautismo del Espíritu Santo (Hechos 18:24-26). Este bautismo le dio el poder y la audacia sobrenatural necesarios para ser un verdadero evangelizador. Así, la historia de Apolos muestra que, aunque se puede tener conocimiento de la Palabra, el bautismo del Espíritu es necesario para llevar a otros a la llenura de Dios.
La Sabiduría de Dios y Su Poder Sobrenatural
Dios, en su gran sabiduría, ha escogido lo débil y lo necio del mundo para confundir a los fuertes y sabios (1 Corintios 1:27). A través de su poder sobrenatural, Él utiliza a personas comunes y corrientes para llevar a cabo sus planes. Aquellos que en su pasado estuvieron sumidos en la oscuridad, como los adictos a las drogas, han sido liberados y ahora son testimonios vivos del poder transformador de Dios. La mayor sabiduría es conocer a Dios y ser salvo (1 Corintios 1:21).
La Historia de Elías y la Viuda de Sarepta
El profeta Elías se encuentra con una viuda en Sarepta, a quien Dios le ha ordenado que lo alimente. La viuda le explica que solo tiene un puñado de harina y un poco de aceite, lo suficiente para una última comida antes de morir con su hijo. Sin embargo, Elías le pide que primero prepare una torta para él y luego para ella y su hijo (1 Reyes 17:8-16). Este relato ilustra la fe y la provisión de Dios: cuando compartimos lo poco que tenemos, Dios multiplica sus bendiciones.
Compartir el “Aceite del Espíritu”
Hoy en día, muchas personas se encuentran “desahuciadas espiritualmente”, sin esperanza ni “aceite para el alma”. En un mundo donde el sufrimiento, el suicidio y la pérdida de fe están en aumento, es crucial que los creyentes compartan el “aceite del Espíritu”, que representa el consuelo y la esperanza que solo Dios puede ofrecer. Así como Dios proveyó a la viuda de Sarepta, Él seguirá proveyendo para aquellos que confían en su abundancia y no temen compartir lo que tienen.
La Oración y la Llenura del Espíritu Santo
La oración ferviente es el medio por el cual las hijas de Dios reciben el aceite del Espíritu Santo. Getsemaní, que significa “prensa de aceite”, es el lugar simbólico donde Cristo, en su mayor angustia, oró con fervor y fue fortalecido. Así también, las mujeres deben orar fervientemente para ser llenas del Espíritu y luego compartir esa llenura con los demás. Como la mujer viuda de los profetas clamó a Eliseo por ayuda para llenar las vasijas vacías de su casa (2 Reyes 4:1-7), las mujeres de fe deben clamar a Dios para que llene las vasijas vacías de sus hogares y comunidades.
El Discipulado y el Servicio a los Necesitados
El verdadero discipulado implica estar lleno del aceite del Espíritu y buscar a aquellos que están vacíos, espiritualmente necesitados, para llenarlos con el amor de Dios. Es vital que las hijas de Dios se involucren en la ayuda a las madres solteras, las viudas, los huérfanos y los desplazados, sin esperar nada a cambio. El amor desinteresado que lleva a ayudar a los más necesitados es una expresión tangible del amor de Cristo.
La Profecía de Joel y el Avivamiento Personal
Joel 2:28 profetiza la efusión del Espíritu Santo, donde “vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones”. Este avivamiento personal es algo que cada creyente debe buscar activamente, llenándose del Espíritu y permitiendo que ese aceite del cielo fluya hacia aquellos que no tienen esperanza. El avivamiento comienza en el corazón de cada persona, y Dios promete multiplicar el aceite para que su obra se extienda por toda la tierra.
Conclusión
Ser “cocineras del Verbo” es un llamado a vivir en oración, a compartir el aceite del Espíritu y a cuidar a los necesitados. En estos tiempos difíciles, el aceite del Espíritu Santo es esencial para traer vida, esperanza y sanidad a un mundo que está espiritualmente agotado. Así como Dios multiplicó el aceite de la viuda, Él proveerá a sus hijos para que puedan continuar bendiciendo a otros y llevando el evangelio de amor y salvación.