El papel espiritual de Israel // Charlas Bíblicas
Introducción
En tiempos de confusión ideológica y creciente polarización, la voz de los que buscan la verdad desde una perspectiva bíblica cobra más valor que nunca. En la tertulia del 15 de mayo en Radio Solidaria y Solidaria Televisión, Miguel Díez y Ramón Ubillos nos invitan a reflexionar sobre el papel espiritual de Israel, la necesidad de una fe activa y el llamado urgente a mantenernos firmes en la verdad del Evangelio. Lejos de discursos superficiales, esta conversación ofrece argumentos profundos y espirituales que conectan con el corazón de Dios.
1. La fe sin obras está muerta
Una de las primeras afirmaciones del diálogo es contundente: la fe verdadera siempre se manifiesta con acciones. Miguel Díez recuerda que muchos creyentes han separado erróneamente lo espiritual de lo práctico. Sin embargo, Santiago 2:18 lo dice claramente: «Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras». La fe cristiana no es pasiva ni aislada; se vive en el día a día, ayudando, sirviendo y defendiendo la verdad.
Este principio fue clave en el nacimiento del ministerio de Remar: demostrar la salvación a través de obras, no para ganar el favor de Dios, sino como consecuencia natural de haber sido transformados por Él.
2. El papel espiritual de Israel
Uno de los temas centrales es el amor y compromiso con Israel, no como una postura política, sino como una expresión espiritual de obediencia. La Biblia llama a orar por la paz de Jerusalén (Salmo 122:6), a bendecir a Israel (Génesis 12:3) y a reconocer su papel en el plan de redención.
Miguel y Ramón denuncian el antisemitismo ideológico que crece en Europa, muchas veces disfrazado de justicia social. Calificar a Israel como «genocida», como hizo recientemente el presidente del Gobierno español, es ignorar la historia bíblica y tergiversar los hechos actuales. Según explican, la verdadera agresión no viene de Israel, sino del terrorismo radical que ha convertido a Palestina en rehén de su propia ideología.
3. Ver la realidad con los ojos de Dios
Los que han visitado Israel —sin filtros políticos— descubren una convivencia real entre judíos y árabes, una economía compartida y un nivel de libertad que muchos países occidentales no garantizan. Se denuncia cómo los medios internacionales cambian la narrativa para presentar al agresor como víctima y viceversa.
Israel no impide la ayuda humanitaria, pero no puede permitir el paso de armas disfrazadas de alimentos. Tampoco puede ignorar que miembros de la ONU han sido descubiertos colaborando con el terrorismo. Ante todo esto, el cristiano debe actuar con discernimiento y buscar la verdad desde la perspectiva de Dios.
4. La urgencia de un nuevo Pentecostés
Otra parte profunda de la tertulia gira en torno a la necesidad de una renovación espiritual a través del Espíritu Santo. Recordando la fiesta de Shavuot (Pentecostés), se señala que el Espíritu Santo es quien impulsa las buenas obras, enciende el corazón del creyente y lo comisiona para llevar esperanza, verdad y consuelo.
Miguel y Ramón invitan a no caer en la fosilización religiosa, donde la fe se convierte en rutina. El Espíritu Santo nos llama a ser libres, valientes y a vivir por encima de la ley, guiados por el amor. La vida cristiana no es un sistema, es un movimiento del Espíritu que nos transforma y nos envía.
5. Ir a Israel: una decisión espiritual
Más allá del turismo religioso, viajar a Israel en este tiempo es una declaración de fe. No se trata de convertir a nadie, sino de testimoniar con amor, orar en la tierra santa y mostrar al pueblo judío que no están solos. Como dice la Escritura, “¿cómo oirán si no hay quien les predique?” (Romanos 10:14). Ir a Israel es actuar, y no solo opinar desde lejos.
Los viajes organizados por el ministerio no son excursiones, sino oportunidades para servir, interceder y llevar la presencia de Dios en medio de una tierra golpeada por la mentira y el odio. También se hace un llamado a participar en el retiro espiritual Nehemías, donde muchos están siendo llenos del Espíritu Santo y renovados para cumplir su llamado.
Conclusión
Este tiempo exige valentía, discernimiento y una fe que se traduzca en acción. Israel no es solo un país del Medio Oriente: es un símbolo del plan de Dios para la humanidad y un escenario profético que marca el pulso espiritual del mundo. Como cristianos, no podemos permanecer indiferentes ni caer en las narrativas engañosas del mundo.
Es momento de amar con hechos, de orar con convicción, de actuar con sabiduría. La fe verdadera se levanta cuando muchos callan.
El papel espiritual de Israel sigue vigente, y Dios nos llama a estar de su lado.