Aviva el Fuego del Don: No Menosprecies el Regalo de Dios // Hernan Brown
Aviva el Fuego del Don
En su predicación basada en 2 Timoteo 1, Hernán Brown nos lleva a una profunda reflexión sobre nuestra vida espiritual: ¿estamos encendidos o apagados? ¿Estamos cuidando el don que Dios nos ha dado o lo estamos descuidando?
El apóstol Pablo, aún preso, intercedía noche y día por Timoteo. Su situación difícil no le impidió preocuparse por los demás ni dejar de servir al Señor. Esa es una de las evidencias de haber pasado de muerte a vida: seguir adelante en medio de la prueba, sin apagar el fuego de Dios en nosotros.
¿Cómo saber si estás encendido?
Estar encendido no significa que todo en tu vida esté bien, sino que, aun en medio de la lucha, tu corazón sigue apasionado por Cristo. Hernán comparó esta realidad con hacer un asado: si descuidas el fuego, se apaga. Lo mismo pasa con el fuego del Espíritu en tu vida. El fuego no se apaga por falta de habilidad, sino por falta de atención.
Si queremos resultados bíblicos, tenemos que practicar principios bíblicos. La fe no fingida, como la de Timoteo, comienza con una vida entregada y se mantiene a través de la comunión con Dios, el estudio de su Palabra y la obediencia constante.
El peligro de menospreciar el don
Hernán compartió una historia personal sobre un par de botines que menospreció cuando era niño, sin saber que su padre le había dado todo lo que tenía. Esa escena lo marcó para siempre. De la misma forma, muchas veces nosotros menospreciamos el regalo espiritual que Dios nos ha dado: el llamado, el ministerio, la comunión con Él.
Dios te ha dado un regalo, un don. No lo desprecies. Sé agradecido. Sé humilde. Valora lo que el Señor ha puesto en tus manos, aunque te parezca pequeño. Porque si no somos fieles en lo poco, tampoco lo seremos en lo mucho.
El llamado a avivar el fuego
Pablo no le dice a Timoteo: “Dios va a avivar el fuego”, sino “aviva tú el fuego del don que hay en ti”. Es un llamado a responsabilidad. La salvación es un regalo, pero mantenernos firmes, activos y conectados con el Espíritu requiere compromiso y obediencia diaria.
No se trata de tener una “súper fe” ni de vivir de experiencias pasadas. Se trata de una relación diaria con Dios, de tomar tu cruz cada día y presentar tu cuerpo en sacrificio vivo, santo y agradable al Señor.
En tiempos de engaño, discierne
Vivimos días en los que proliferan doctrinas falsas y enseñanzas que no se alinean con la verdad de las Escrituras. Por eso, más que nunca, necesitamos tener el don avivado para desarrollar discernimiento. No todo lo que se presenta como cristiano viene de Dios. Necesitamos estar firmes en la Palabra y pedir sabiduría al Espíritu Santo.
No basta con asistir al culto los domingos. Cada creyente debe buscar a Dios en lo secreto, leer la Biblia, orar y mantenerse alerta espiritualmente.
Una oración final
Señor, no permitas que descuidemos este regalo tan precioso que nos has dado. Aviva el fuego de tu Espíritu Santo en nosotros. Danos luz y discernimiento para enfrentar las luchas y las pruebas que nos tocan vivir. Guarda nuestro corazón de la tibieza espiritual. Ayúdanos a practicar tu Palabra con fidelidad y compromiso. En el nombre de Jesús. Amén.
