Si Dios me ama ¿Por qué sufro tanto?

Hay muchas lecciones que podemos aprender cuando el camino es áspero y difícil, de las cuales; quienes no son llamados a este camino de sufrimiento, jamás podrán experimentar.

Si Dios nos ha escogido para un ministerio especial seremos como nuestro señor Jesucristo que fue experimentado en quebranto.

Para meditar

Si Dios hubiera evitado todo sufrimiento y dolor a su iglesia dándonos una protección especial ante todos nuestros enemigos; ¿Cómo podríamos distinguir entre lo verdadero y lo falso?

Si Dios colmara de salud y prosperidad a los suyos favoreciéndonos como hijos especiales, ¿no estaría todo el mundo convertido? Pero serían personas que siguen a Cristo por conveniencia, no por sinceridad.
Dios no nos promete que estaremos exentos de sufrimientos y dificultades. Si no hubiera fuego de persecución y pruebas de fe ¿Cómo podríamos crecer en gracia y en el conocimiento de nuestro señor Jesucristo?

¿Cómo podremos conocerle en la comunión de sus padecimientos si evitamos la cruz?
¿Dónde estaría la prueba de nuestra fidelidad a nuestro gran capitán si no hubiera batallas que vencer y montañas que conquistar?

El problema de hoy

Los predicadores que promulgan bendiciones y prosperidad sin el precio del sacrificio y la abnegación, están predicando otro evangelio y proponiendo otro Cristo.

En este mundo debido a la naturaleza del ser humano tendremos persecución, si no fuera así no sería una iglesia que representa una sociedad diferente, separada, purificada y santificada.

El problema de hoy

La esencia de la iglesia es su santidad y su semejanza al divino maestro, los sufrimientos son parte de nuestra herencia por lo tanto; debemos soportarlos con fe y perseverancia sabiendo que los que fueron antes que nosotros, los discípulos o en los primeros siglos y muchos creyentes en China y en otros países, han sufrido vituperios, martirios y vilipendios.

El que deja la cruz, deja el camino; repito, el que deja la cruz deja el camino.
Es la prueba de la fe, más preciosa que el oro perecedero. Que es de gran estima a los ojos de Dios.

Pablo llegó a decir: “Por lo cual por amor a Cristo me gozo en las debilidades en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustia; porque cuando soy débil entonces soy fuerte”

Sin dolor no se avanza en el reino y los que viven piadosamente sufrirán persecución, téngalo por cierto, la mente carnal se opone a los que andan en el espíritu. Los elegidos son los que han sido hallados fieles y constantes, los que se mantuvieron firmes a pesar de los tormentos.


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